En el competitivo mundo académico, la originalidad es un tesoro preciado, una moneda de cambio que puede abrir puertas y definir el éxito de un estudiante. Sin embargo, a veces, esa originalidad puede ser vulnerada por aquellos que deberían ser los guardianes de la ética: los profesores. La usuaria de TikTok @laracros compartió recientemente su decepcionante experiencia, revelando cómo un profesor de su universidad le robó una idea que había desarrollado para un proyecto académico.
Recientemente, una joven estudiante universitaria se ha atrevido a compartir su experiencia, revelando cómo un profesor le robó una idea brillante. En un relato que ha capturado la atención de la comunidad estudiantil, la estudiante narra la historia de cómo un proyecto creativo, gestado con esfuerzo y dedicación, fue usurpado por quien debía guiarla en su proceso de aprendizaje.
El desconcertante relato
Hace aproximadamente doce o trece años, Lara se encontraba inmersa en sus estudios de audiovisuales en la universidad. En una clase de edición, impartida por dos profesores, la joven concebía un proyecto creativo que destacaba por su originalidad y enfoque único en la edición de video.
Su proyecto, que presentaba a dos jóvenes simulando jugar a videojuegos, guardaba un giro inesperado. La cámara capturaba sus rostros y hombros, dejando ocultas sus manos. La revelación sorprendente era que estos jóvenes estaban tejiendo bufandas de su equipo favorito con las manos, una metáfora visual ingeniosa que Lara había cuidadosamente elaborado.
La sorpresa y el orgullo de Lara se desvanecieron cuando, meses después, descubrió una versión idéntica de su proyecto en un popular videojuego de FIFA. La cruel ironía residía en que su propio profesor había plagiado descaradamente su concepto creativo sin darle el reconocimiento que merecía.
En un intento por obtener respuestas, Lara se puso en contacto con el profesor responsable del robo intelectual, pero su esfuerzo fue en vano. La indiferencia del docente hacia las preocupaciones legítimas de su alumna dejó a Lara frustrada y cuestionando la ética de aquellos educadores que se aprovechan del ingenio de sus estudiantes para su propio beneficio.
Ante esta experiencia desgarradora, Lara comparte lecciones valiosas y sabias recomendaciones para otros estudiantes creativos. “Nunca enseñes todas tus cartas”, advierte la joven, subrayando la importancia de proteger las ideas originales ya sea mediante la patente, el registro o manteniendo el silencio estratégico hasta completar la carrera.
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Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.