‘Dibu’ Martínez fue determinante para que Argentina esté entre los cuatro mejores del mundo.
‘Dibu’ Martínez fue determinante para que Argentina esté entre los cuatro mejores del mundo.
/ Difusión
Renzo Gómez Vega

Los peruanos compramos un engaño durante décadas para sentirnos protegidos: que somos una tierra de arqueros. Si pasamos revista, los grandes guardianes de la selección, aguafiestas si se quiere por evitar la máxima alegría de este deporte, han sido los argentinos. Desde Ballesteros hasta Quiroga, pasando por Ibáñez. El Río de la Plata es una cantera inacabable y variopinta que sigue marcando el curso de la historia.

Cada equipo argentino suele sostenerse en un gran arquero, como si de una columna se tratase. Amadeo Carrizo, el ‘Pato’ Fillol, Nery Pumpido, la lista es larga como desenrollar un papiro. Hoy, el , ese jovenzuelo que se marchó a Inglaterra a los 18 años para buscarse la vida, ese bocasuelta que intimida a sus contrincantes y que hace un par de años no existía en el radar de la Selección Argentina, ha sido el héroe de la jornada. Messi es el más feliz a su lado.

Y lo ha sido con la especialidad de la casa: con dos penales atajados ante un Países Bajos que se había rebelado contra su suerte y acaso pretendía emular la épica croata. En ninguno de los dos goles, marcados por Wout Weghorst, el arma secreta, el ‘Dibu’ tuvo responsabilidad. Es un arquero que raras veces comete un blooper, aunque ciertamente no es el más imbatible de la Premier League.

Quienes han pateado un penal en un estadio repleto y ante la mirada del mundo aseguran que el arco se achica para los ejecutantes y se agranda para los arqueros. El ‘Dibu’ es más que su metro noventa. Es un estado de ánimo capaz de comerte la cabeza. Si no lo sabrá el amigo Yerry Mina que no ha vuelto a bailar salsa choke de la misma manera.

Hoy el Dibu Martínez nos hizo recordar a Sergio Goycochea, ese otro guardián que condujo a Argentina hacia la final de Italia 90, haciendo a un lado a Yugoslavia y al país anfitrión desde los doce pasos. Y también, cómo no, al ‘Chiquito’ Romero que, precisamente, eliminó a Países Bajos, cuando todavía se le llamaba Holanda, en Brasil 2014. El Dibu es un eslabón prendido en esa extensa cadena de atajapenales de la que goza el fútbol argentino. Asoma Croacia ahora, un experto en los ‘mata-mata’. Qué fortuna, amigos argentinos: el ‘Dibu’ es suyo.

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