Luka Modric es el líder de Croacia, que buscará vencer a Francia para coronarse por primera vez en su historia como campeón del mundo. (Foto: AP)
Luka Modric es el líder de Croacia, que buscará vencer a Francia para coronarse por primera vez en su historia como campeón del mundo. (Foto: AP)
Julio Vizcarra Torres

A le sobran pulmones”, titula el diario “AS” de España, tras la épica del conjunto de y Rakitic. Es la mejor descripción de lo que ha hecho el seleccionado de Zlatko Dalić para llegar a la final de , en la que buscará su primera Copa del Mundo ante Francia. Aunque le agregaría coraje, esa virtud que aflora cuando las piernas y el fútbol no bastan para ganar.

Croacia se impuso 2-1 porque quiso más que esta Inglaterra de Gareth Southgate. La táctica de los balones parados se estrelló con el corazón del equipo de la camiseta a cuadros. Fue una semifinal emocionante pero carente de un fútbol vistoso. El equipo británico marcó rápido a través de un golazo de tiro libre de Trippier, el lateral derecho que perfeccionó su pegada mirando a Beckham y Pirlo. Pero Inglaterra fue el gol y nada más. Los croatas intentaron reaccionar pero más por inercia que por fútbol. Es raro en este equipo, que tiene un plantel lleno de buenos futbolistas y que ha dado el salto de calidad definitivo por otra vía, válida en toda la regla, aunque alejada a la idea que un hincha se puede hacer cuando lee los nombres de Modric, Rakitic, Perisic, Kovacic, Mandzukic, etc.

En ese letargo inglés, Ivan Perisic igualó en el complemento. Y con el empate, Croacia fue la escuadra que tiró hacia adelante, con lo que tenía, sin pensar en que para sortear los octavos y cuartos tuvieron que estar de pie hasta los penales. La recompensa llegó en el segundo tiempo extra con el gol de Mandzukic, que terminó de liquidar a un equipo sin alma como el inglés. Algo que le sobró a Luka Modric.

¡Qué maravilla es el ‘10’ croata! Siempre elige bien. Con el balón en los pies, Modric juega y hacer jugar. Es un volante con claridad, que tiene grabado cada metro cuadrado del campo. No importa si es el de Luzhniki o el Santiago Bernabéu. Y cuando el rival tiene la pelota, tiene la capacidad de retroceder y recuperar la posesión. A su inteligencia le suma sacrificio. Líder indiscutible, al que no le tiemblan las piernas y le sobre corazón. No es para menos si se trata de alguien que forjó su personalidad a partir de la guerra de los Balcanes, y que debió escapar de Zadar a los 6 años para sobrevivir.

“Modric es un jugador maravilloso, es uno de los pocos jugadores del Mundial que te reconcilian con el fútbol. Modric es el Iniesta de hace ocho años, de esos que dignifican al fútbol, sin un gramo de demagogia”, afirmó Valdano en la previa sobre el volante del Madrid.

Es que esta Croacia es el reflejo de Modric, un crack de perfil bajo con las luces de los más grandes.

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