La selección uruguaya reclamando juez francés. (Foto: FIFA)
La selección uruguaya reclamando juez francés. (Foto: FIFA)
Redacción EC

El 13 de junio de 1986, los 20.000 espectadores del estadio Neza apreciaron en directo la expulsión más rápida en la historia de los Mundiales. Sucedió en el partido que Uruguay igualó sin goles ante Escocia.

José ‘Charly’ Batista, lateral de la selección uruguaya, vio la tarjeta roja apenas transcurrieron los 52 segundos.

La infracción del aguerrido defensor fue darle una patada a la figura del equipo escocés, Gordon Strachan, que lo dejó tendido en el césped. El balón ya había pasado cuando el uruguayo impactó al europeo.

El árbitro francés Joel Quiniou, ante de la sorpresa de ambos bandos, sacó la tarjeta roja y no dio lugar a reclamos, a pesar de las inquietudes de los sudamericanos.

Los charrúas debían ganar este tercer encuentro, contra la selección de Alex Ferguson, para clasificar a la siguiente fase.

En una entrevista publicada en 2006 a El País, el entonces jugador del Deportivo Español de Argentina dijo que se equivocó “más el árbitro” que él. “Tengo un récord difícil de igualar. Una cosa increíble. Fue una jugada desafortunada. La adrenalina del partido y del comienzo”.

“Cuando vi al escocés y surgió la oportunidad de llegar a la pelota antes que él. Yo llegué primero, pero le hice palanca, bastante fuerte… ¡Pero estaba recién comenzado el partido! ¡Nadie entendía nada! ¿Cómo te pueden expulsar a los 52 segundos? Está bien que me amoneste. Ya me condiciona el resto del partido, ¿no? Pero ser expulsado… No fue una jugada tan… importante, por así decirlo. Cualquier selección uruguaya es siempre un equipo golpeador, agresivo, duro, con personalidad… En México se corrió esa voz y nos pasó factura. Fui una víctima”, añadió el futbolista.

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