Cuatro activistas del movimiento Femen irrumpieron semidesnudas en una conferencia del presidente de la Conferencia Episcopal belga, el arzobispo André-Joseph Léonard, y le arrojaron supuesta agua bendita en protesta por declaraciones suyas que consideran homófobas, informó hoy el diario Le Soir.

Las cuatro feministas, que llevaban los pechos descubiertos y lemas escritos en torso y espalda, irrumpieron este martes en una conferencia en la que participaba el también arzobispo de Malinas-Bruselas en la Universidad Libre de Bruselas (ULB) para mostrar su rechazo contra las manifestaciones de Léonard contra la homosexualidad, que han causado polémica en varias ocasiones.

Las activistas, que se encontraban entre el público asistente al acto, interrumpieron el debate entre Léonard y un profesor universitario al grito de Estoy harta de Léonard, Stop Homofobia y Dios salve a las lesbianas (aunque emplearon el término gouines, palabra coloquial en francés para denominarlas).

Una vez en el estrado, las cuatro mujeres rociaron al arzobispo con supuesta agua bendita que llevaban en botes con la forma de la Virgen María. Tras la protesta, las cuatro activistas de Femen abandonaron el auditorio antes de que la seguridad de la universidad tuviera tiempo a intervenir.

UN POLÉMICO SACERDOTE El jefe de la Iglesia católica en Bélgica ya recibió tortazos en la cara mientras oficiaba una misa cerca de la catedral de Bruselas en 2010, tras protagonizar varias polémicas debido a sus declaraciones sobre el sida, la pederastia y la homosexualidad.

Léonard recibió muchas críticas por comparar la homosexualidad, con la anorexia, unas palabras que llevaron a colectivos gays a presentar una denuncia en su contra ante un juzgado de instrucción de Brujas (noroeste de Bélgica) por una supuesta violación de la legislación contra la discriminación.

Además, el arzobispo expresó públicamente que el sida que es una especie de justicia inmanente y ha desaconsejado a personas divorciadas que desempeñen el cargo de director en escuelas católicas y que enseñen religión.

Léonard tuvo que enfrentarse al escándalo de la pederastia en Bélgica que estalló en 2010, en el que la propia Iglesia documentó al menos 475 denuncias de abusos por parte de religiosos, entre 1960 y mediados de los años ochenta, 13 de cuyas víctimas se suicidaron. El jefe de la Iglesia católica belga se ha mostrado a favor de que no se juzgase a los curas que no están en activo.