El presidente sirio, Bashar al Assad, prometió venganza por el atentado suicida perpetrado en la mezquita Iman de Damasco, donde murieron en la víspera al menos 49 civiles, según informó la agencia oficial de noticias Sana.
En un mensaje de condolencia a la familia del clérigo, Al Assad escribió: Vamos a seguir defendiendo sus ideas y nos vamos a defender de los injustos que declaran infieles a otros, hasta que hayamos limpiado el país de esa gente.
También el Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York condenó en duros términos el atentado, comunicó el embajador ruso ante el organismo multilateral, Vitali Churkin. Aparte de trasladar el pésame a los familiares de las víctimas y al pueblo sirio, Churkin dijo: Todo acto terrorista, más allá de sus motivaciones y su origen, es un crimen injustificable.
Entre las víctimas del atentado figura el clérigo sunita Sheij Mohamed Al Buti, un prominente religioso leal al régimen del presidente Bashar al Assad. El conocido clérigo se pronunció en varias ocasiones contra los insurgentes, que consideran su lucha contra el régimen una guerra santa. En su última homilía del rezo del viernes declaró que esos musulmanes no entienden la verdadera esencia del Islam: A esa gente la han sometido a un lavado de cerebro completo.
ATAQUE SIN AUTOR El atentado, que también causó indignación en la oposición siria, aún no ha sido reivindicado por ningún grupo. El Comité Nacional de Coordinación de las Fuerzas de Cambio, un grupo opositor moderado, habló de un acto terrorista aborrecible que nada puede justificar. Una mezquita debería ser un lugar de paz, donde no se derrama sangre de civiles inocentes, señaló.
El terrorista suicida hizo estallar su cinturón de explosivos durante una conferencia de Al Buti en la mezquita, situada en el barrio de Al Masra. En total 42 personas murieron en el atentado, mientras que otras siete durante la noche por las graves heridas. Además otras 80 personas resultaron heridas y fueron trasladadas a hospitales.
También un portavoz del Ejército Libre de Siria (ELS) condenó el atentado, que nada tiene que ver con los objetivos de la revolución.