El presidente sirio, Bashar al Asad, advirtió en una entrevista que Oriente Próximo es un polvorín y si EE.UU. y Francia atacan a Siria todo el mundo perderá el control de la situación y el polvorín explotará.
Todo aquel que actúa contra los intereses de Siria y de sus ciudadanos es nuestro enemigo, dice Asad en alusión a esos dos países, en una entrevista exclusiva concedida al diario francés Le Figaro, que publica hoy El Mundo.
Según Asad, se fundan en acusaciones de terroristas las vertidas contra Damasco por el uso de armas químicas el pasado 21 de agosto en la periferia de la capital siria que causaron centenares de muertos civiles.
Estados Unidos y Francia dicen disponer de evidencias que prueban el uso de esas armas por parte del régimen sirio, pero Asad, aunque ni confirma ni desmiente que su ejército posea esas armas, se pregunta ¿cómo las va a usar en una zona donde hay soldados?.
A la pregunta de si puede demostrar que su ejército no utilizó armas químicas el 21 de agosto, Asad afirma que es el que acusa el que tiene que aportar pruebas y los presidentes de EE.UU., Barack Obama, y Francia, Francois Hollande, no fueron capaces de aportarlas ni siquiera ante sus respectivos pueblos.
El presidente sirio asegura que al principio de la crisis la solución pudo venir a través de un diálogo, pero hoy la situación es diferente porque estamos luchando contra terroristas en su mayoría (el 80 o el 90%) de Al Qaeda y a éstos no les interesa ni las reformas ni la política. El único medio de hacerles frente es liquidarlos.