Tras una controversia en Argentina por la distribución de libros con escenas de sexo y violencia a colegios en la ciudad de Mendoza, el responsable de una de las editoriales involucradas emitió una extensa respuesta en la que calificó a los críticos como prejuiciosos, incultos y cursis.
Según informó el diario de aquel país “La Nación”, Aurelio Narvaja, jefe de la editorial Colihue y uno de los miembros más destacados de la agrupación intelectual kirchnerista Carta Abierta, emitió un comunicado en el que manifiesta su solidaridad con los autores, ilustradores y editores de las obras cuestionadas.
Narvaja afirmó que los críticos de la iniciativa “han caído bajo la lupa prejuiciosa, inculta y cursi de quienes se arrogan la potestad de determinar qué cosas son buenas para la lectura de adolescentes en edad de elegir Presidente de la República, andar por la vida sin trabajo cuando lo necesitan (o ser explotados a veces cuando lo consiguen), morir bajo las balas de policías bravas (y cobardes), ser víctimas de los traficantes de paso o mirar diariamente en televisión a quienes pontifican moral desde los medios y son ellos mismos la evidencia misma de la inmoralidad.
Narvaja opinó que si el Ministerio de Educación retrocede en este campo, en el de la libertad creativa (), gran parte del terreno ganado lo estaríamos regalando, agregó.