Cuatro acusados de robo y asesinato se escaparon por un boquete en la pared de una sede policial en la ciudad norteña de Tucumán, en lo que constituye la cuarta fuga cinematográfica ocurrida en un mes en Argentina.
Los cuatro detenidos, con un frondoso prontuario por robos y homicidio, escaparon el martes por la noche de la Dirección General de Investigaciones de la policía de la ciudad de San Miguel de Tucumán, a unos 1.200 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
Encontramos un pequeño hierro a la salida del boquete, la herramienta que habrían utilizado para horadar la pared, dijo el miércoles al canal de cable Todo Noticias el comisario José Ardiles, jefe de Investigaciones Judiciales de esa dependencia. Al parecer los hombres comenzaron a hacer el agujero el lunes por la mañana y consiguieron escurrirse por el mismo en la hora de la cena, cuando según el jefe policial hay un trajín intenso.
Con estos cuatro fugitivos suman 31 los presos que han escapado de comisarías, prisiones o vehículos de traslado a sus lugares de reclusión desde abril, según cálculos de la prensa local.
NO HABÍA CÁMARAS DE SEGURIDAD Ardiles admitió que el edificio policial de Tucumán es muy viejo y que no es el lugar más indicado para mantener a más de 50 detenidos. Señaló además que en la última requisa policial que se llevó a cabo en las instalaciones antes de la cena no se detectó ninguna novedad y no dio precisiones acerca de si se sospecha de la complicidad de algún agente en la fuga.
Los fugitivos fueron a dar a un estacionamiento con muchos vehículos secuestrados, lo que propició que no se los viera, dijo Ardiles. El lugar no está vigilado por cámaras de seguridad.
El comisario afirmó que para que este tipo de hechos no se repitan es necesario contar con personal suficiente y que las unidades policiales no sean el lugar para la guardia de detenidos o condenados.
RECIENTES ESCAPES El lunes seis hombres acusados de robo se fugaron de una comisaría de la localidad bonaerense de Moreno 36 kilómetros al oeste de Buenos Aires tras limar un barrote y escapar por los techos. Dos de ellos fueron recapturados horas después. Tres policías son investigados por haber colaborado con la evasión.
El 23 de agosto, dos condenados por robo y homicidio se escaparon del penal de Mercedes, 100 kilómetros al oeste de esta capital. Ambos se fueron por los techos del lugar y se descolgaron usando para ello sus camisetas, tras lo cual cortaron un alambrado perimetral.
Diez días antes se produjo otro escape de película protagonizado por 13 presos del penal de máxima seguridad de la localidad bonaerense de Ezeiza, 40 kilómetros al suroeste de esta capital.
Los reos cavaron un agujero de 40 por 22 centímetros en el piso de uno de los pabellones carcelarios. Luego recorrieron 30 metros hasta el alambrado perimetral y después otros 40 metros para pasar por otros dos alambrados. Siete de ellos todavía permanecen prófugos y uno fue recapturado mientras robaba un banco.
Ese incidente generó la renuncia del entonces director del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, y que más de una docena de agentes penitenciarios fueran desplazados por su supuesta complicidad con la fuga.