Marco Gabriel Arenas Castillo ha pasado su segunda noche en el penal de Piedras Gordas en Ancón. El parricida, que además quemó el cuerpo de su madre, la empresaria María Rosa Castillo, fue siempre el primer sospechoso de la policía e incluso de la familia.

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Tras estrangular a su madre y luego quemarla en un descampado de Manchay, Marco y su novia, Fernanda Lora Paz, regresaron a la vivienda y se comportaron como si nada hubiera pasado. Tres días después se confirmaría que el cadáver hallado en la zona correspondía a la empresaria.

Pese a que en un principio el padre Walter Arenas alegó la inocencia de su hijo, fue él quien lo llevó el domingo 10 a la Dirincri, cuando el parricida terminó por confesar. Horas antes, la propia enamorada se encargó de delatarlo ante la policía.

Desde un principio la policía sospechó que el asesino pertenecía al entorno de la empresaria y que la primera versión de que unas personas interesadas en alquilar el departamento de La Molina la secuestraron quedó desbaratada.

Hermanos y familiares de la víctima también señalaron que el asesino conocía los movimientos de la mujer.

ASÍ OCURRIÓ 1. La mañana del martes 5 de noviembre, Marco Arenas tuvo una fuerte discusión con sus padres debido a los constantes robos del primero en perjuicio del patrimonio familiar.

2. Marco Arenas recoge a su enamorada Fernanda Lora de la USIL donde estudiaban. Marco manifestó a su enamorada que estaba harto del trato de sus padres. Luego se dirigen al domicilio del matrimonio Arenas Castillo en la urbanización el Sol de La Molina.

3. A las 10:20 a.m. ingresan al domicilio y Arenas Castillo le pide a su enamorada que lo esperara en su habitación mientras conversa con su madre.

4. Se escuchan gritos y Fernanda Lora se acerca a la habitación donde estaba Marco. Lo sorprende aplicándole una llave a María Rosa Castillo.

5. Ambos cubrieron el cuerpo de Castillo y lo colocan en la maletera de la camioneta Toyota de placa ROR-013 estacionada en la calle. Regresan a la casa.

6. Pasado el mediodía, ambos regresan a la camioneta. Lora Paz retorna a su domicilio mientras que Arenas Castillo se va a un grifo a comprar petróleo.

7. A las 2:30 p.m. del mismo día, Arenas Castillo recoge a su enamorada y se dirigen a Manchay Bajo (Pachacámac). Allí dejan el cuerpo a un lado del camino y le prenden fuego. Según el informe de necropsia, la víctima murió a causa de las quemaduras.

8. Pasada la 1 a.m. del 6 de noviembre, el parricida dejó la camioneta en el jirón Pedro de Candia en Surco, fue observado por el vigilante de la zona. El domingo 10 su novia lo delata ante la policía.