En Brasil se vive un momento de tensión antes del inicio de la Copa Confederaciones. A un día de la inauguración, la gente protestó con barricadas de neumáticos ardiendo frente al estadio Nacional de Brasilia.

Unas 300 personas incendiaron los neumáticos para protestar contra el elevado gasto público en obras para el evento y las expropiaciones en varias de las seis ciudades sedes.

Además, ayer miles de personas salieron a las calles de Sao Paulo y Río de Janeiro para protestar por el aumento de los precios del transporte público, con un saldo de 271 detenidos, aunque la gran mayoría han sido ya puestos en libertad.

Pese a estas informaciones el ministro brasileño de Deportes, Aldo Rebelo, consideró que las manifestaciones que se están desarrollando en los últimos días en varias ciudades del país por diversos motivos no afectarán al desarrollo de la Copa.

Creo que la Confederaciones se desarrollará sin ninguna relación directa con las manifestaciones que tengan lugar en el país, dijo Rebelo.