El presidente sirio, Bashar al Assad, sostuvo hoy que su país seguirá su lucha contra el terrorismo, pese a las amenazas de Estados Unidos para lanzar una intervención militar en Siria, informó la televisión estatal.
Al Assad, que se entrevistó con el asesor de seguridad iraní Alaedin Boruyerdi, destacó que las amenazas estadounidenses no van a hacer que Siria abandone sus principios y su lucha contra el terrorismo, del que acusa a los grupos rebeldes.
Siria es capaz de hacer frente a cualquier agresión extranjera, al igual que hace con la agresión interior, y logra victorias para recuperar la seguridad y la estabilidad en el país, afirmó el mandatario, que alabó la insistencia del pueblo y la unidad del Ejército.
CUENTA CON EL APOYO DE IRÁN Por su parte, Boruyerdi vaticinó que los grandes perdedores de cualquier agresión extranjera contra Siria serán EE.UU. y sus agentes en la región, sobre todo la entidad sionista (Israel).
El alto responsable, que preside la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento iraní, llegó el sábado pasado a Damasco para expresar el apoyo de Teherán al Gobierno sirio ante una probable intervención militar.
Boruyerdi agregó que su país no permitirá complots extranjeros contra la resistencia de Siria y contra la seguridad de los pueblos en la región.
Siria e Irán mantienen desde la década de 1980 una alianza estratégica en el marco del denominado frente de la Resistencia a Israel, en el que se incluyen asimismo grupos como el chií libanés Hizbulá y el palestino Hamás.
OBAMA PEDIRÁ PERMISO AL CONGRESO PARA ATAQUE El presidente estadounidense, Barack Obama, indicó ayer que ha decidido atacar Siria para castigar al régimen por haber utilizado supuestamente armas químicas contra la población, aunque someterá esa decisión al voto del Congreso.
A falta de que los inspectores de la ONU presenten los resultados de sus investigaciones realizadas en Siria, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, afirmó hoy que su país tiene pruebas de que el régimen sirio usó gas sarín en el ataque con armas químicas en la periferia de Damasco del pasado 21 de agosto.