Bolivia: Evo Morales se aferra al poder y busca otra reelección
Bolivia: Evo Morales se aferra al poder y busca otra reelección
Gisella López Lenci

En el 2006, entró a la historia de su país al ser el primer dirigente cocalero y de origen indígena en llegar a la presidencia. En octubre del 2015, marcó un récord al ser el mandatario con mayor permanencia en el cargo: diez años, superando los nueve años, ocho meses y 24 días de uno de los fundadores del país, el mariscal Andrés de Santa Cruz.

Pero, al parecer, no le es suficiente. El próximo domingo, un referéndum definirá si los bolivianos quieren que continúe o se retire. La consulta popular permitirá modificar la Constitución, que solo permite una reelección consecutiva, y aceptar una más para que Morales pueda volver a postular en el 2019. De ganar el Sí, y vencer en esas elecciones, los bolivianos tendrán a Morales en el poder hasta el 2025. Cuatro mandatos seguidos. Todo un récord.

Sin embargo, las cosas ya no se le presentan tan sencillas. Pese a la confianza que se tiene –“el referéndum lo vamos a ganar de lejos”, dijo esta semana– el panorama no aparece tan favorable para el mandatario.

Una encuesta de este viernes mostró que están empatados en un 40% los que quieren que Morales se quede y los que piden que no vuelva a postular. El sondeo de Equipos Mori señala también que hay un 18% de indecisos, los que podrían inclinar la balanza. Evo, acostumbrado a ganar sus elecciones holgadamente, tiene por primera vez la soga al cuello y a una semana de la consulta su victoria no está garantizada.

Justamente, esta semana, salió a la luz un escándalo de corrupción que lo salpica directamente, algo que no había ocurrido desde que llegó al poder en enero del 2006. 


Tráfico de influencias

La denuncia del periodista Carlos Valverde vincula a la ex pareja del presidente Gabriela Zapata con millonarias concesiones a favor de una empresa china, donde ella es gerenta comercial. El presidente reconoció que conoció a Zapata en el 2005, cuando ella tenía 18 años, y que dos años después tuvieron un bebe que falleció a los pocos días de nacido. Morales alega que dejaron de verse, pero una foto de ellos juntos en el carnaval de Oruro del año pasado contradice su versión.

La joven, ahora de 28 años, ingresó a trabajar en el 2013 a la empresa china CAMC Engineering, que ha obtenido contratos con el Estado por US$560 millones y se ha adjudicado cuatro obras de infraestructura. La ex pareja de Morales también consiguió ser representante legal de la corporación israelí Telemenia y posee varios vehículos de lujo, además de una casa en un barrio acomodado de La Paz.

Zapata ha dicho a la prensa que, como gerenta comercial, nunca intervino en las negociaciones de los contratos. 

Ante el escándalo, el presidente ya ha tenido que pedir una investigación al Congreso –controlado por su partido– y ha dicho que todo forma parte de un complot de la oposición para impedir que gane el referéndum. “Si creen que hay tráfico de influencias, que investiguen. No tenemos nada que ocultar”, dijo en una breve declaración a la prensa. Morales también solicitó a la contraloría investigar los procedimientos administrativos en el proceso de contratación entre el Estado y la firma china.

“Es la primera vez que una denuncia de corrupción con pruebas ha tocado al presidente”, dijo a la AFP el analista político boliviano Carlos Cordero. “Él llegó al poder diciendo que era la reserva moral del país”.


Efectos del desgaste

Aunque se trata del primer escándalo que lo afecta directamente en diez años, un récord elocuente en nuestra región, a Morales y su gobierno le están pasando factura el claro desgaste después de tantos años en el poder. La prensa boliviana recuerda que el año pasado hubo otro caso de corrupción vinculado al Fondo Indígena, donde se habría malversado unos 200 millones de dólares, y que le costó el puesto a la ministra de Desarrollo Rural, Nemesia Achacollo.

Las buenas cifras económicas han sido una garantía para los bolivianos. El país, a diferencia de sus compadres ‘bolivarianos’ como Venezuela o Argentina, ha sabido negociar con las corporaciones pese a la nacionalización de varias empresas, y las inversiones no han cesado de llegar. La moneda local nunca fue controlada por el Estado y la inflación se mantuvo en un dígito en la última década, excepto en el 2007 y el 2008, que rondó el 11%. 

Sin embargo, como ya pasa en el resto de la región, la caída del precio del petróleo y otras materias primas proyectan una reducción del crecimiento, pero de ninguna manera a los niveles de otras economías que siguieron los dictámenes del socialismo del siglo XXI.

Pero una economía correcta no justifica la perennización en el poder, y Morales está en la delgada línea de retirarse como un presidente que hizo historia, o de salir por la puerta falsa.

“Si creen que hay tráfico de influencias, que investiguen. No tenemos nada que ocultar”, dijo Morales tras el escándalo.

El próximo domingo, los bolivianos decidirán en un referéndum si Morales puede postular a su cuarto mandato.

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