Un médico que participó en la atención a uno de los sospechosos de provocar las explosiones en el Maratón de Boston, que murió tras llegar malherido a un hospital después de un enfrentamiento armado con la policía, dijo que el hombre tenía heridas desde la cabeza hasta los pies y que sus extremidades estaban intactas cuando fue trasladado al hospital.

El doctor David Schoenfeld afirmó que Tamerlan Tsarnaev, de 26 años, estaba inconsciente y tenía tantas heridas profundas cuando llegó al Centro Médico Beth Israel Deaconess en la madrugada del viernes que no se puede determinar cuál de las lesiones causó su muerte. Un médico forense tendrá que determinar la causa del deceso, añadió.

El segundo sospechoso, Dzhokhar Tsarnaev, de 19 años, estaba en el mismo hospital después que fue capturado el viernes por la noche. El FBI no ha permitido que los funcionarios del hospital digan nada sobre su estado ni sus heridas.

Schoenfeld vive en Watertown, un suburbio de Boston, y escuchó explosiones del enfrentamiento armado entre los dos hermanos y la policía en la madrugada del viernes. Entonces llamó al hospital para alertar al personal que sería posible que llegaran heridos y se apresuró a llegar a fin de coordinar los preparativos.

Teníamos tres o cuatro equipos de traumatología en diferentes salas preparadas y listas, al no tener seguridad de si iba a tratar a un sospechoso de las explosiones, policías heridos o curiosos, indicó Schoenfeld.

La ropa del mayor de los Tsarnaev ya había sido cortada por el personal de emergencia que llegó al lugar de la balacera, por lo cual, si llevaba un chaleco con explosivos, ya no lo tenía en el momento en que fue traído al hospital, dijo el médico.

Desde la cabeza hasta los pies, cada región de su cuerpo tenía heridas, explicó. Sus piernas y brazos estaban intactos —no había volado en millones de pedazos— pero había perdido pulso y sufría un paro cardíaco, lo que quiere decir que su corazón y su circulación se habían detenido, por lo que comenzamos una resucitación cardiopulmonar (CPR por sus siglas en inglés), relató.

HICIMOS TODO LO QUE PUDIMOS Schoenfeld añadió que no podía revelar el tratamiento específico en el caso, salvo por decir que en esas circunstancias se le clava una aguja en el pecho al paciente a fin de aliviar la presión que puede dañar los vasos sanguíneos, y se corta el pecho y usar una espátula para expandir las costillas y permitir que los médicos dejen salir la sangre de la membrana que rodea al corazón, la cual puede estar presionando ese órgano e impedir que palpite.

Una vez que haces todo eso si no responde, en realidad no queda nada que hacer. Uno ha agotado los recursos que se recomiendan, agregó.

Después de 15 minutos de infructuosos esfuerzos, los doctores confirmaron que había muerto.

Hicimos todo lo que pudimos para salvarle la vida, destacó Schoenfeld.

¿Cómo reaccionó el equipo médico al dar tratamiento al sospechoso de las explosiones?

Hubo cierta discusión en la sala de emergencia sobre su identidad. Eso terminó muy rápido, refirió Schoenfeld. En realidad no interesa quién es la persona. Vamos a darle el mejor tratamiento posible, agregó.