Bradley Manning, el soldado estadounidense sentenciado a 35 años por filtrar 700.000 documentos a Wikileaks, podría verse envuelto pronto en otro problema legal luego de que declaró que desea vivir como una mujer y bajo el nombre femenino de Chelsea.
A diferencia de la corte marcial que Manning enfrentó por filtrar los datos incluidos cables diplomáticos y reportes de combate a WikiLeaks, el próximo desafío legal podría darse en una corte federal sobre un tema muy diferente: identidad sexual.
El anuncio de Manning el jueves de que desea vivir como una mujer planteó preguntas legales sin precedentes sobre si el Ejército le brindará la terapia de hormonas femeninas a la que Manning quiere someterse, sin mencionar las preguntas sobre cómo se desarrollará su vida como un reo militar transgénero.
El primer tema de preocupación es la forma en la que Chelsea Manning será tratada en prisión, y si ella tendrá el mismo acceso que todos los prisioneros tienen a los tratamientos que le sean prescritos, dijo Michael Silverman, director ejecutivo del Fondo para la Defensa Legal Educación de Transgéneros en Nueva York.
¿Le permitirá la prisión en la que se encuentra que sus médicos la traten de la misma forma en que permiten que se trate a otros prisioneros?, preguntó. Manning fue condenado a 35 años de prisión en FortLeavenworth, Kansas, que alberga a prisioneros militares a unos 40 kilómetros al norte de Kansas City, Kansas.
¿PODRÁ SEGUIR TERAPIA DE HORMONAS? En Fort Leavenworth, Manning tendrá acceso a profesionales de la salud mental, incluido un psiquiatra, psicólogo, trabajadores sociales y especialistas en ciencias del comportamiento, según una portavoz del Ejército.
Pero dijo que el Ejército no brinda terapia de hormonas, que es lo que Manning buscaría, ni cirugía de cambio de sexo. Espero que Fort Leavenworth haga lo correcto y le brinde eso, dijo el abogado de Manning, David Coombs, en el programa de televisión Today.
Neal Minahan, un abogado de Boston que consiguió una decisión favorable de un tribunal federal para que su cliente recibiera terapia hormonal en una prisión estatal de Massachusetts, dijo que los jueces federales consistentemente han rechazado las prohibiciones a esos tratamientos.
Lo que es claro es que las prisiones no pueden hacer exactamente lo que está haciendo Leavenworth al decir que hay una prohibición a la terapia de hormonas como asunto de política, sostuvo.
Si bien el primer paso de Manning, de 25 años,sería conseguir la receta de un médico para el tratamiento, el soldado posiblemente enfrentará años antes de conseguir la aprobación legal en las cortes, dijo Minahan.