Brasil: Michel Temer enfrenta los rezagos de un cisma político
Brasil: Michel Temer enfrenta los rezagos de un cisma político
Jesús Moya Choy

Tras la suspensión de la presidenta de , , tomó las riendas del país. Con escasa popularidad y una crisis política que afecta a la economía, el presidente interino de 75 años dirige al gigante sudamericano con todos los recursos posibles. !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');

Un Gabinete ministerial netamente masculino y sin afrodescendientes, corte de gastos públicos y una auditoría de los programas de asistencia a los pobres, marcan el inicio de la era de Temer, un abogado constitucionalista ha sido tres veces presidente de la Cámara de Diputados durante sus seis mandatos como legislador del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la agrupación política de mayor peso histórico en el país.

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“El PMDB siempre ha sido gobierno, porque el único periodo en que no lo ocupó fueron los primeros años del mandato de Lula”, comentó a El Comercio el periodista brasileño especialista en Política y Relaciones Internacionales por la Fundación Escuela de Sociología y Política de São Paulo, Iván Martinez.

“Hay que tener en cuenta que Michel Temer es el principal líder del PMDB, que tiene, no solo la mayoría, sino la presidencia del Senado. Hoy es líder del partido, tiene un prestigio, pero dentro del PMDB hay gente que ha votado en contra del impeachment”, acción que evidencia la fragmentación en el núcleo de la política brasileña.

A esto se suma que en las últimas encuestas de Datafolha solo 2% expresó que votaría por Michel Temer en elecciones presidenciales. “Es un desconocido a gran parte del electorado brasileño, eso también es un problema. En un mandato de dos años, va a tener una popularidad baja sencillamente porque la gente no lo conoce”, esgrime Martínez. Pero ¿acaso el lugar que tiene el PMDB podría jugar a su favor?


— Una izquierda polarizada —

Martínez comenta que el PMDB, “como es un partido inmenso y era el partido de la oposición oficial -permitida- a la dictadura, ha sido moderado y luego de centro – derecha, que si bien nunca estuvo 100% confortable con el discurso del Partido de los trabajadores (PT), en la práctica, han sido aliados durante un buen tiempo y le permitió hacer gobierno, programas sociales, reducir la pobreza. Ahora, la ultra derecha sí odia a Dilma desde siempre”.

Y así como Rousseff ha anunciado que su mandato culmina el 2018, “el PT ya ha dicho que va a ser una oposición fuerte y cuando el PT hizo oposición en el Gobierno de (Fernando Henrique) Cardoso (1995-2002), la hizo muy bien”, afirma.

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Una esfera política fragmentada es quizá el mayor reto para que el gobierno pueda salir adelante. El PT de Dilma Rousseff y Lula da Silva se encuentra desarticulado tras el sismo que causó el impeachment. Pero “tiene un peso, una bancada. En oposición se imagina que toda la izquierda polarizaría en contra de un Gobierno Temer que sería más liberal desde el punto de vista económico y conservador desde el punto de vista social”, explica Martínez.

— Actores de un Brasil fragmentado —

Las ironías no son ajenas a la política y menos en Brasil, donde solo cinco presidentes han culminado su mandato en 90 años.

“Todas las encuestas dan muestras de que la población no confía en los políticos, no confía en los sistemas políticos”, comenta Martínez.

Irónicamente, Dilma Rousseff es la única de las altas esferas del poder en Brasil que no es investigada por corrupción.

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Y es que Michel Temer no solo está salpicado por el megaescándalo de la estatal petrolera Petrobras, sino que —como parte de las idas y venidas que ocurren en la política brasileña— fue el mismo Lula da Silva, su aliado por ese tiempo, quien lo eligió como candidato a la vicepresidencia cuando postuló a Dilma Rousseff a la presidencia en el año 2010.

Y para el 2014, la ahijada política del líder del PT volvió a ganar los comicios generales por un estrecho margen contra Aecio Neves, actual senador y también sindicado.

Y así como Lula da Silva es investigado en el marco de la operación Lava jato, el Caso Petrobras salpica a que ha tenido Brasil.

Con un cisma político que no permite hallar la luz al final del túnel y un creciente descontento social, se están forjando nuevas agrupaciones, no registradas, pero que retratan cómo se busca salir del abismo.

“Los movimientos que están naciendo ahora son online. Nos son partidos, lo que es muy sintomático. Uno se llama ‘Movimiento Brasil Libre’; otro, ‘Revoltados Online’, el mismo nombre lo dice. Son movimientos en redes sociales y no son partidos institucionalizados. Si bien tienen relaciones con los partidos de oposición, es cierto que la oposición tampoco tiene popularidad”.

No cabe duda que el ganador inmediato del impeachment contra Dilma Rousseff es Michel Temer, sin embargo, en medio de acusaciones y con el anunciado pie de lucha de la suspendida mandataria, ver un gobierno regular, consensuado, solucionador, es un norte que deberá fijarse Brasil en conjunto.

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Autor: Jesús Moya Choy

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