(Foto: El Comercio / AFP)
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El abogado peruano de comparte, a la distancia, la gran felicidad por la decisión del jurado federal. “Nadie le creía cuando sostenía su inocencia y finalmente 12 miembros de un jurado en Brooklyn la han confirmado”, resalta César Nakazaki.


— ¿Este éxito para Burga empezó cuando se logra que la extradición a EE.UU. fuera por uno y no por los tres cargos que pedía la justicia de allá?
Lo que buscábamos era que el juicio en EE.UU. lo afrontara en las mejores condiciones, para ello se lograron reducir los cargos. Definitivamente, en EE.UU. es difícil dar una condena por conspiración, pues es algo etéreo y gaseoso...

— Pero tanto Napout como Marín sí han sido acusados de ese delito en este mismo juicio. ¿No llama eso la atención?
Es que los dos condenados en el juicio a Manuel y todos los que se han declarado culpables tienen un factor común: aparecen en el cuadro de los millones otorgados a dirigentes con la respectiva ruta de pagos y cuentas, pero cuando se llegaba a Manuel, cero, no había ruta trazada.

— El testigo Burzaco sí habló de pagos a Burga.
Burzaco no fue el único testigo, hubo otros de su empresa y algunos ejecutivos de la Conmebol que no corroboraron lo dicho por él. Hablamos de un juicio de gran rigor y exigencia.

— ¿Y entonces los US$4,4 millones que, según la fiscalía estadounidense, había recibido Burga por sobornos de empresas?
Quienes cubrían el juicio solo lanzaban la noticia de la fiscalía, pero no se quedaban al contrainterrogatorio de la defensa. ¿Cómo le consta esa entrega millonaria, quién se encargó de los pagos, dónde se hicieron? Quedó claro, para el jurado, que todos los pagos se recibieron en ejecución del contrato.

— ¿Todos los otros dirigentes de la Conmebol recibieron sobornos y Burga no?
Así es. En las declaraciones de culpabilidad y en este juicio se ha demostrado que con los otros funcionarios de la FIFA o Conmebol sí hubo sobornos privados, pero en el caso de Manuel Burga no se evidenció ninguna coima.

— ¿Se siente usted reivindicado con el veredicto? Usted dijo en marzo del 2016 que EE.UU. no había presentado las pruebas para extraditarlo.
Más que reivindicación, es la confirmación de la inocencia que siempre pregonó Manuel. Él sabía que sí o sí tenía que enfrentar el juicio allá, la cosa era crear las mejores condiciones para ese proceso, ese fue el trabajo que hicimos acá.

— ¿Dice que la extradición era algo consumado?
Exigimos las pruebas y la justicia de allá no las presentó, pero por presión del Gobierno Estadounidense finalmente Manuel fue extraditado. Creo que era lo más conveniente pensando en no estar como otros dirigentes del fútbol que no han sido extraditados, pero que en realidad viven como en una cárcel en sus países.

— ¿Le preocupa que ya en el Perú la justicia de aquí pueda tomar acciones? Una comisión del Congreso halló indicios para procesarlo...
No preocupa para nada. Recuerde cuánto tiempo tiene esa investigación. No tiene base siquiera para pasar a un proceso penal.

— ¿La reivindicación es entonces completa para él?
Es que en el caso de Manuel Burga se ha mezclado el juicio deportivo con el juicio jurídico. Se aceptan los cuestionamientos de por qué no renunció en su momento o por tal o cual fracaso, pero de ser mal dirigente a delincuente hay una gran diferencia.

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