La ciudad que vio crecer a Anakin, quien después se convertiría en Darth Vader , el malvado de la Guerra de las Galaxias, está a punto de ser engullida por una gigantesca duna de arena que avanza sigilosamente por el desierto tunecino.

Poco queda ya de los edificios abovedados de Mos Espa, el puerto espacial situado al borde del Mar de Dunas, en el planeta desértico de Tatooine.

Esa localización, que apareció por primera vez en 1999 en el Episodio I La amenaza fantasma, de la saga de George Lucas, corre ahora el peligro de quedar sepultada bajo la arena.

Así lo demuestran las fotografías tomadas por un equipo científico, cuyas observaciones acaban de ser publicadas en la revista especializada Geomorphology.

Los investigadores utilizaron los restos de Mos Espa como referencia geográfica para medir la migración de los barjanes, las gigantescas dunas que se forman en el desierto en forma de crestas de media luna.

Y descubrieron que avanzan a un ritmo de 15 metros por año.

DUNAS DE MEDIA LUNA Nabil Gasmi, de la universidad tunecina de Sousse, Ralph Lorenz, de Universidad de John Hopkins, y Jason Barnes, de la Universidad de Idaho, ambas en Estados Unidos, visitaron en 2009 el lugar donde una vez estuvo Mos Espa.

Los científicos notaron que parte de un escenario cercano utilizado en el capítulo IV de la misma saga, titulado Una nueva esperanza, ya estaba cubierto por la arena.

Y utilizando imágenes satelitales del lugar pudieron determinar la velocidad del movimiento de las dunas, que entonces ya se acercaban a los edificios por los que algún día pulularon personajes como Anakin, Watto o Sebulba, de la trilogía de culto.

Según la progresión que evidencian las fotografías, a principios de 2013 la parte delantera de un barján hizo contacto con algunos de los edificios de la mítica ciudad.

Los científicos estiman que la gigantesca duna engullirá pronto Mos Espa en su viaje a través de la ciudad.

Pero apuntan que con el tiempo emergerá, no sin daños, de las entrañas del desierto.

HUELLAS DEL VIENTO Los barjanes son montículos de arena en forma de arco, resultado de los granos que con el viento se van acumulando ordenadamente en la inclinación suave de la cresta antes de caer por el costado escarpado, que queda a sotavento.

La duna refleja la dirección del viento y puede formar alas que apuntan al mismo rumbo.

Los científicos han observado este tipo de formaciones también en el espacio, como en la superficie de Marte y en la de Titán, la luna más grande de Saturno.

El ser humano casi nunca ha construido ciudades sobre dunas y este estudio ilustra el porqué: el movimiento de las dunas sobre la Tierra es rápido, se estima que diez veces más veloz que las de Marte.