Ariel Castro fue acusado formalmente el jueves del secuestro y la violación de tres mujeres que aparecieron en su casa después de haber desaparecido hace unos 10 años.
Durante la breve audiencia pública, Castro dirigía constantemente la vista al suelo, se mordía el cuello de la camisa y firmaba documentos con las manos esposadas mientras sus abogados hablaban con el juez, quien fijó la fianza en 2 millones de dólares por cada caso.
El ex conductor de autobús escolar, de 52 años, es por ahora el único sospechoso en el caso.
DIEZ AÑOS SIN LIBERTAD Las mujeres, halladas vivas, soportaron 10 años de cautiverio en una casa donde las violaban y sólo se les permitía salir disfrazadas a un garaje a pocos metros de distancia, según los investigadores.
Aunque siguen sin ser aclaradas muchas incógnitas sobre cómo Castro mantuvo un control tan rígido sobre las mujeres durante tantos años antes de que una de ellas lograra finalmente escapar el lunes y alertar a la policía, los horrores que sufrieron han comenzado a ver la luz pública finalmente.
ATADAS Y ABUSADAS La policía dijo que al parecer las mujeres eran atadas con cuerdas y cadenas de vez en cuando y eran mantenidas en habitaciones diferentes. Sufrieron prolongados acosos sexuales y sicológicos y sufrieron abortos, según un funcionario municipal que fue informado de los detalles del caso.
Castro fue acusado de cuatro cargos de secuestro — tanto por las cautivas como por la hija que tuvo con una de ellas — y tres cargos de violación, que implican a las tres mujeres.
Las mujeres y Castro formularon largas deposiciones ante la policía, que las utilizó para cimentar su caso, dijo el director adjunto de policía Ed Tomba.
Las mujeres, de 20 a 30 años, desaparecieron separadamente en el 2002 y 2004 cuando tenían 14, 16 y 20 años.