CARLOS ZANABRIA

A las diez de mañana, cerca de 200 turistas abarrotan impacientes el mirador de la Cruz del Cóndor. A ellos los sacaron de sus hoteles en la madrugada para llegar al sitio antes de las ocho, con la promesa de que verían volar varios cóndores.

Uno de los guardaparques de la Autoridad Autónoma del Colca (Autocolca) les indica que en esta época del año suelen volar una o dos aves en la mañana, pero al llegar los viajeros solo comentan entre sí: “no condor, no condor”. El guía se impacienta, pues su delegación ya debería estar en Cabanaconde, donde otro grupo de turistas espera el bus que los llevará de retorno a Arequipa.

Aunque su casaca roja hace fácil identificarlo, el guía se coloca un gorro e intenta cubrirse el rostro, se acerca al borde del cañón y lanza una piedra. Abajo, un cóndor joven solo estira las alas parado en un peñasco. El guía tira otra piedra y el ave se aleja y desaparece, al contrario de lo que pretendía el guía.

POCAS AVES Este incidente se repite cada vez con más frecuencia, pues los guías, presionados por los reclamos de los turistas, intentan obligar al ave sagrada de los incas a volar. El cóndor evidentemente ve en los humanos una amenaza y se aleja, situación que empeora por el griterío que se genera en los miradores.

Esto no se vivía en las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado, cuando había registros de hasta 200 aves en el cañón. Pero en estos años la afluencia de público al Colca comenzó a elevarse, lo que ha motivado que los cóndores migren.

En la primera década de este siglo se llegó a datos preocupantes: volaban apenas 22 ejemplares en la zona comprendida entre Pinchollo y Cabanaconde, la parte más profunda del cañón donde se ubican los nidos.

SOLUCIONES Aún hay esperanzas para cambiar esta situación. Las experiencias exitosas para repoblar el cóndor andino en California (Estados Unidos) y Argentina podrían ser imitadas en el Colca si se concreta el proyecto elaborado por la Municipalidad Provincial de Caylloma y Autocolca.

El alcalde de Caylloma, Elmer Cáceres Llica, dice que ya estableció contacto con especialistas argentinos que abordaron un proyecto de conservación y repoblamiento, al que se sumarán expertos de Estados Unidos.

El presupuesto inicial está en manos de la comuna, así que solo hace falta el respaldo del Gobierno Central para que los especialistas y la tecnología necesaria arriben a Arequipa. “Así se conservará la vida de los cóndores que tenemos y se repoblará el Colca hasta alcanzar por lo menos las cifras que se conocen: 200 aves”, dice Cáceres.

INCUBACIÓN ARTIFICIAL No hay fecha para la llegada de los extranjeros, pero sí un orden de prioridades. La primera tarea será identificar los nidos; posteriormente hacer un censo detallado de las aves y, si es necesario, recoger los huevos de los cóndores para incubarlos de manera artificial.

Solo si se logra llegar a esta etapa, la comuna y los expertos podrán colocar chips en los polluelos que nacerán en cautiverio y cámaras alrededor para detallar su forma de vida, pues algunas de las aves realizan vuelos hasta la costa e incluso hasta los Andes chilenos.

Mientras se espera que el Congreso apruebe la Ley de Protección y Conservación del Cóndor Andino y disponga el presupuesto restante, las autoridades del Colca han decidido trabajar en las tareas de concientización en pobladores y turistas. Por ahora, se han elaborado folletos y se difunden mensajes en radio y televisión para proteger al ave. Para garantizar su permanencia, la comuna creó también un comedero donde semanalmente se sacrifican 6 burros para alimentar a las aves, pues estas tienen cada vez más dificultad para alimentarse por la escasez de animales silvestres que sirvan de carroña.