Un total de 115 cardenales de todo el mundo se aprestaban esta mañana a encerrarse en la Capilla Sixtina y sostener la primera votación para elegir al próximo papa, en medio de una renovada agitación e incertidumbre en la Iglesia Católica: no hay un favorito claro y no hay indicios de cuánto tiempo tomará el proceso de votaciones.

RITOS INICIALES El rito milenario del cónclave se iniciará con la llegada de los cardenales a la residencia de Santa Marta en el Vaticano, su lugar de residencia cerrado al público mientras dure la elección.

A las 10 a.m. locales (4:00 a.m.), el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, encabezará la misa especial Pro eligendo Pontificie —para la elección del papa— dentro de la Basílica de San Pedro, junto con los 115 cardenales que votarán.

A esto seguirá una procesión de los cardenales hacia la Capilla Sixtina, a las 4:30 de la tarde. Los cardenales entonarán la Letanía de los Santos, un hipnótico canto gregoriano con el que implorarán a los santos que los ayuden a orientar su voto.

Después de otro canto con el que pedirán que intervenga el Espíritu Santo, los cardenales prestarán un juramento de guardar secreto, y escucharán una meditación dictada por el anciano cardenal maltés Prosper Grech.

LA ESPERADA ELECCIÓN EN LA CAPILLA SIXTINA Entonces, el coordinador de las celebraciones litúrgicas pontificias dará la orden Extra omnes —Todos fuera— con la que todos, excepto los que participarán en el cónclave, abandonarán la capilla adornada de frescos en las paredes. La Capilla Sixtina quedará cerrada temporalmente bajo llave. En latín, cónclave significa literalmente con llave.

Durante la votación que seguirá, cada cardenal escribirá el nombre de su elección en una hoja de papel rectangular con la inscripción Eligo in summen pontificem, que en latín significa Elijo como sumo pontífice.

Sosteniendo la papeleta doblada en alto, cada uno se acercará al altar y lo colocará en un platillo, antes de volcarlo en una urna oval, mientras entonará la frase: Llamo como mi testigo a Cristo Señor, quien será juez de que mi voto será para la persona que, delante de Dios, creo que debe ser elegida.

Después que los votos se cuenten y se anuncien los resultados, los papeles serán unidos con aguja e hilo, con cada papeleta atravesada en la palabra Eligo. Las papeletas se colocarán entonces en una estufa de hierro fundido y serán quemadas con una sustancia química especial.

EL HUMO SALDRÁ MAÑANA POR LA TARDE Entonces los ojos de todos, tanto de fieles como de turistas que visitan la Plaza de San Pedro, se concentrarán en la chimenea de cobre de dos metros de altura (seis pies) en el techo de la Capilla Sixtina, para ver si salen bocanadas de humo blanco, que significarán que ha sido elegido el papa 266 de la historia. Las primeras bocanadas de humo deberán surgir alrededor de las 8 p.m. (2 p.m. hora peruana) del martes.

Si sale humo negro significará todavía no, el resultado más probable después de la primera ronda de votación. Habrá entonces más votaciones, cuatro cada día, hasta que sea elegido un papa. Dos pantallas gigantes colocadas delante de las enormes estatuas de los santos Pedro y Pablo que custodian el acceso a la basílica permitirán seguir las famosas fumatas negra o blanca que anuncian los resultados de las votaciones.

Ayer muchas cuestiones sobre el estado de la Iglesia y sobre el candidato idóneo para dirigirla quedaban sin resolver. Después de la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI, algunas voces apuntan que el cónclave que inicia el martes podría ser largo dada su importancia.

No existe un favorito claro para un cargo que muchos cardenales dicen no querer, pero circula una lista de candidatos a ocupar la silla de Pedro y dirigir espiritualmente a los 1.200 millones de fieles que profesan la religión católica.