JORGE PAREDES LAOS
Durante treinta largos años vivió en Gombe, una reserva natural de Tanzania, donde vio y estudió el comportamiento de los chimpancés. Pero ahora Jane Goodall (Londres, 1934) se pasa la mayor parte de sus días entre aeropuertos, hoteles y salas de conferencias. Con el tiempo, esta inglesa menuda, pero fuerte, de cabellos blancos y cola de caballo, se ha convertido en una celebridad científica, en la madre Teresa de la naturaleza, como la llamaron hace unos días en México, país a donde llegó para hacer escuchar su voz en favor de la ecología, la alimentación saludable y la defensa de la vida animal.
“Es muy triste”, explica ella, “que las circunstancias en este planeta me hayan forzado a dejar Gombe para viajar incansablemente para tratar de ayudar a salvar la Tierra”. Se refiere a males como el cambio climático, la depredación de los bosques, el exterminio de la vida animal (hace dos siglos había dos millones de chimpancés en África, ahora solo 150 mil), pero también la pobreza y miseria en que viven millones de personas, sobre todo mujeres y niños.
JANE DE LA SELVA La vida de Jane ha sido recreada en una decena de documentales. En el último, “Jane’s Journey” (2010), comparte roles con Angelina Jolie, una de las tantas celebridades unidas a su causa. Jane partió muy joven a África atraída por su fascinación por los monos. De sus lecturas de Tarzán pasó a la realidad. En 1957 conoció al renombrado científico Louis Leakey, quien la introdujo en el mundo de los primates. Luego, se doctoró en etología en Cambridge, y en 1960, a los 26 años, llegó a Tanzania. Ahí inició su observación de los chimpancés salvajes y sus investigaciones cambiaron todo lo que se conocía sobre estos animales.
Primero, hizo algo que ningún científico en su tiempo hubiera pensado: puso nombres a sus investigados y no números como era usual. Sus colegas cuestionaron su decisión y dudaron más de ella cuando comenzó a decir que estos seres de mirada aguda y brazos largos tenían sentimientos: emoción, alegría, pena, solidaridad.
Los chimpancés se abrazaban, vivían en familias e incluso adoptaban crías que no eran suyas. Uno de sus mayores hallazgos fue descubrir que podían usar herramientas. Otro fue descifrar su ‘idioma’. El tiempo le dio la razón. Hoy sabemos que compartimos con ellos el 98% del ADN.
LA ESPERANZA Goodall ha escrito 25 libros. Diez de sus títulos están dedicados a los niños y jóvenes, quienes son el centro de su mensaje. A ellos les pide no vivir para el dinero y unir algo que la especie humana parece haber extraviado en su búsqueda del progreso: el cerebro y el corazón.
PREMIOS Y RECONOCIMIENTOS Jane Goodall tiene títulos honoríficos de más de 40 universidades en África, Europa y América.
Aparte del Premio Príncipe de Asturias (2003), en el 2002 y el 2007 fue declarada mensajera de la paz de las Naciones Unidas.
Su instituto, el Jane Goodall Institute, tiene presencia en 27 países.
Ha creado el programa de educación ambiental Roots and Shoots (Raíces y Retoños) presente en 130 países.
Entre las celebridades que han apoyado el trabajo de Goodall figuran Angelina Jolie, Michael Douglas, Pierce Brosnan y Dave Matthews, así como el ex secretario general de la ONU Kofi Annan y el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton.