En un nuevo acto de propaganda, el régimen de Corea del Norte mostró ayer a su joven líder, Kim Jong-un, visitando una supuesta fábrica de teléfonos móviles para presentar en sociedad su nuevo producto, un smartphone supuestamente basado en un clon del sistema operativo Android de Google y también supuestamente el primero fabricado en el país más hermético del mundo.
Como de costumbre, las fotos distribuidas por la agencia estatal KCNA muestran a Kim Jong-un probando el equipo y dando indicaciones rodeado por altos oficiales de su gobierno. No se proporcionaron mayores detalles técnicos del teléfono, llamado Arirang, en honor a una canción popular coreana. De hecho, un experto citado por el diario The Washington Post cree que los aparatos no han sido fabricados en Corea del Norte, sino en alguna fábrica china.
En cualquier caso, estos aparatos estarían destinados a operar en una red sumamente limitada, pues el acceso a la telefonía móvil en Corea del Norte está restringido para la mayoría de ciudadanos, aunque de todos modos la demanda y el número de abonados está en ascenso. La única empresa que ofrece el servicios es Koryolink, un joint venture estatal que cuenta con participación de la egipcia Orascom Telecom.
Aparte de los jerarcas del régimen, buena parte de los usuarios de teléfonos celulares en Corea del Norte son los pobladores de la zona fronteriza con China que usan celulares contrabandeados y conectados con las redes chinas para comunicarse con sus familiares que han huido del país (la red norcoreana no admite llamadas al extranjero). Recién este año el gobierno permite que los pocos extranjeros que pueden ingresar al país usen sus celulares (antes, eran retenidos en el aeropuerto) y se conecten a la red local.
La razón por la cual Corea del Norte se empeña en fabricar sus propios smartphones es, como casi todo en ese país, un misterio. Una teoría es que el régimen pretende controlar así el contrabando de equipos extranjeros. Otra apuesta por la personalidad del joven líder que pasó varios años estudiando en occidente y se volvió aficionado a la tecnología.