Los trabajadores norcoreanos de un complejo industrial que Corea del Norte administra conjuntamente con Corea del Sur desde 2004 no se presentaron a trabajar el martes (lunes en Perú).
Algunos gerentes surcoreanos del complejo industrial Kaesong, justo al otro lado de la frontera en Corea del Norte, dijeron que ellos seguirían laborando pese a la ausencia de sus compañeros de trabajo.
El gobierno de Pyongyand ya había informado que retiraría 51.000 trabajadores norcoreanos y suspendería las operaciones en el complejo fabril, lo que terminaría con el último lazo económico con Corea del Sur en un contexto de fuertes tensiones entre ambos países.
La decisión fue tomada en medio de amenazas de guerra por parte de Corea del Norte y otras medidas para castigar a Corea del Sur y Estados Unidos por sus ejercicios militares conjuntos. Además, Corea del Norte está molesta por las sanciones que le impuso la ONU tras su prueba nuclear del 12 de febrero.
El complejo combina la mano de obra barata de Corea del Norte con los conocimientos técnicos de Corea del Sur.
ANTECEDENTES La semana pasada Corea del Norte cerró la frontera a los gerentes surcoreanos y el cargamento destinado al complejo, aunque los gerentes que se encontraban ya en el complejo pudieron quedarse. Más de una decena de empresas surcoreanas, entre las 120 que tienen negocios en Kaesong, clausuraron ya sus operaciones ante la carencia de los suministros necesarios.
La mayor parte de los empleados de Kaesong son mujeres. El complejo es el mayor proveedor de empleo en Kaesong, la tercera ciudad del país. Zapatos y ropa conforman el 70% de los bienes producidos; el resto son en su mayoría productos industriales y químicos.
Kaesong es una inusual fuente de divisas para Corea del Norte. El Ministerio de Unificación de Corea del Sur calcula que los obreros norcoreanos de Kaesong recibieron unos 80 millones de dólares en salarios en el 2012.