Peruvian Army soldiers take part in an operation to blow up a makeshift landing strip used by drug smugglers, in the northeastern Amazon jungle near the town of Oxapampa, in the Pasco region on October 31, 2019. - Peruvian authorities have rendered useless more than 30 airstrips in the last few weeks in an effort to stop cocaine trafficking. (Photo by Cris BOURONCLE / various sources / AFP)
Peruvian Army soldiers take part in an operation to blow up a makeshift landing strip used by drug smugglers, in the northeastern Amazon jungle near the town of Oxapampa, in the Pasco region on October 31, 2019. - Peruvian authorities have rendered useless more than 30 airstrips in the last few weeks in an effort to stop cocaine trafficking. (Photo by Cris BOURONCLE / various sources / AFP)
/ CRIS BOURONCLE
Héctor Estepa

Carreteras cortadas. Fronteras cerradas. Cientos de millones de personas confinadas y las finanzas mundiales camino de la ruina. El está cambiando el planeta y ha diezmado las cuentas de sectores tan importantes como el de los combustibles. Pero también la economía sumergida se está viendo afectada. El narcotráfico, negocio en las sombras por excelencia, está sintiendo los efectos de la cuarentena decretada en la mayoría de los países latinoamericanos.

El tráfico de cocaína ha descendido de manera especial en el Perú, donde, según los expertos, más del 90% del negocio está paralizado.

Hay pequeños trasiegos por la selva de Puno y en el trapecio amazónico, pero en el resto del país hay un control absoluto. El tráfico aéreo, que era una constante con Colombia y Brasil, se ha paralizado”, comenta a El Comercio Pedro Yaranga, analista en seguridad estratégica.

El Vraem, que produce el 75% de la droga que sale del país, es la zona más controlada. Pero no por el control del Ejército ni de la policía, sino por el de la población misma, organizada por los comités de autodefensa. Han impuesto un control estricto, hasta el punto de que por ahora allí no hay un solo caso de COVID-19”, añade el experto.

El efecto del confinamiento de las comunidades es el descenso del precio de la hoja de coca, la pasta básica y clorhidrato de cocaína. Por ejemplo, el kilo de pasta base costaba unos 1.200 dólares antes de la cuarentena. Ahora, se comercia por menos de 300 dólares. “Nadie compra. Lo único que se menciona es que los que tienen buenos capitales han comprado y lo están guardando bajo tierra para cuando se recupere”, cree Yaranga.

En Colombia

En la vecina Colombia, el mayor productor y exportador mundial de cocaína y que alberga más de 212.000 hectáreas plantadas con hoja de coca, la situación es diferente.

El coronavirus ha cambiado las reglas en las zonas en que el Estado tiene control. Pero allá donde las organizaciones criminales están en dominio, no ha habido tantos cambios, y se siguen registrando incidentes de violencia y confrontación”, explica Daniel Rico, investigador colombiano de economías criminales.

Aunque el flujo de cocaína por el país no es el mismo que antes de la cuarentena, los expertos aseguran que las mafias tienen abastecimiento suficiente como para continuar inundando el mercado. “La droga producida en Colombia puede tardar hasta dos años en distribuirse en EE.UU., y llevamos dos años con los picos más altos de producción. Hay inventarios en Colombia. También en los puntos intermedios, que son Centroamérica y México, y en el mercado final”, declara Rico.

El comercio internacional sigue funcionando, y las mafias continuarían aprovechando envíos para colar la droga en los contenedores. “La economía ilegal siempre encuentra otras opciones, y esta situación no va a ser determinante. Lo único que sería decisivo es una reducción en la demanda”, comenta Rico.

A pesar de que bares y discotecas están cerrados, los microtraficantes en EE.UU. y Europa estarían utilizando redes de envío a domicilio para colar droga e intentar mantener el negocio.

Handout picture released by Colombia's Defence Ministry showing a soldier taking part in an patrol operation at the Sierra de La Macarena National Natural Park, in the department of Meta in central Colombia, south of Bogota, on February 22, 2019. - Colombia's Defence Minister Carlos Holmes Trujillo said on February 24, 2020 that the military will step up an offensive against drug trafficking gangs responsible for clearing thousands of hectares of protected national parks for coca plantations. (Photo by JAVIER CASELLA / COLOMBIAN DEFENSE MINISTRY / AFP) / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO / COLOMBIAN DEFENCE MINISTRY / JAVIER CASELLA" - NO MARKETING - NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS
Handout picture released by Colombia's Defence Ministry showing a soldier taking part in an patrol operation at the Sierra de La Macarena National Natural Park, in the department of Meta in central Colombia, south of Bogota, on February 22, 2019. - Colombia's Defence Minister Carlos Holmes Trujillo said on February 24, 2020 that the military will step up an offensive against drug trafficking gangs responsible for clearing thousands of hectares of protected national parks for coca plantations. (Photo by JAVIER CASELLA / COLOMBIAN DEFENSE MINISTRY / AFP) / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO / COLOMBIAN DEFENCE MINISTRY / JAVIER CASELLA" - NO MARKETING - NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS
/ JAVIER CASELLA

En México y Centroamérica

Los países de tránsito en Centroamérica han instaurado férreas medidas de cuarentena, especialmente El Salvador. “El cierre de fronteras, las restricciones a la movilidad y la suspensión prácticamente total de vuelos comerciales han dificultado el transporte de drogas hacia el norte. En los vuelos iban las mulas o ‘burriers’, donde fluían pequeñas cantidades”, expone Tiziano Breza, analista en Centroamérica del International Crisis Group.

En México, la última escala de la droga, podrían generarse tensiones entre los más de 200 grupos que se dedican al narcotráfico si la cocaína deja de fluir, creen los expertos. Los grupos más pequeños, cuyas economías son más frágiles, quedarían debilitados, y los más grandes se verían tentados a iniciar conflictos violentos para arrebatarles las plazas.

Los asesinatos no se han reducido en México ni siquiera durante la época de distanciamiento social. Marzo fue el mes más violento de la historia del país, desde que hay registros, con más de 3.000 homicidios.

Los cárteles mexicanos han sido especialmente afectados por el cierre de empresas fabricantes de químicos en China, al ver dificultada la adquisición de materias primas indispensables para la producción de metanfetamina, fentanilo o heroína, drogas muy lucrativas para las mafias del país norteamericano.

El Gobierno de EE.UU. incrementó la presencia de los cuerpos de seguridad en la frontera mexicana tras la llegada de la pandemia. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza ha reducido, en cambio, los decomisos de droga, lo que ha llevado a parte de los analistas a pensar que los narcotraficantes han detenido sus envíos.

Algunos son más cautos. “La reducción puede deberse a una adaptación al contexto y a un cambio en las modalidades en que se intentan introducir estos productos. También, por supuesto, a una disminución de la entrada, porque han aumentado los costos en toda la cadena”, comenta el analista Breza.

Los cárteles mexicanos están, mientras tanto, intentando ampliar su base social, con envíos de víveres a la población más necesitada de las zonas que controlan. Las autoridades temen que los narcotraficantes sustituyan al Estado en varias regiones durante la crisis. La evolución de la situación dependerá, probablemente, de la evolución de la pandemia.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

¿Cuánto tiempo sobrevive el coronavirus en una superficie?

Aún no se sabe con exactitud cuánto tiempo sobrevive este nuevo virus en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.

Estudios indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).

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