El Papa Francisco pronuncia lo que se conoce como su discurso sobre el "Estado del mundo" a los diplomáticos, en el Vaticano, el 9 de enero de 2023. Divisione Produzione Fotografica /Vatican Media/REUTERS
El Papa Francisco pronuncia lo que se conoce como su discurso sobre el "Estado del mundo" a los diplomáticos, en el Vaticano, el 9 de enero de 2023. Divisione Produzione Fotografica /Vatican Media/REUTERS
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Agencia EFE

El aseguró hoy que la pandemia de “mostró los límites estructurales de los actuales sistemas de bienestar” e instó a los países para que “a todos los seres humanos se les garantice el acceso a la asistencia y el derecho fundamental a la salud”.

En su mensaje con ocasión de la XXXI Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará este miércoles, el pontífice invitó a reflexionar sobre el hecho de que “es precisamente a través de la experiencia de la fragilidad y de la enfermedad, como se puede aprender a caminar juntos”.

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“Los años de la pandemia han aumentado nuestro sentimiento de gratitud hacia quienes trabajan cada día por la salud y la investigación. Pero, de una tragedia colectiva tan grande, no basta salir honrando a unos héroes. El covid-19 puso a dura prueba esta gran red de capacidades y de solidaridad, y mostró los límites estructurales de los actuales sistemas de bienestar”, dijo.

Por tanto, “es necesario que la gratitud vaya acompañada de una búsqueda activa, en cada país, de estrategias y de recursos, para que a todos los seres humanos se les garantice el acceso a la asistencia y el derecho fundamental a la salud”, añadió.

Francisco inició su menaje destacando que aunque la enfermedad forma parte de la experiencia humana, pero “si se vive en el abanado” y “no va acompañada del cuidado y de la compasión puede llegar a ser inhumana”.

“No es fácil distinguir cuáles agresiones contra la vida y su dignidad proceden de causas naturales y cuáles, en cambio, provienen de la injusticia y la violencia. En realidad, el nivel de las desigualdades y la prevalencia de los intereses de unos pocos ya afectan a todos los entornos humanos, hasta tal punto que resulta difícil considerar cualquier experiencia como ‘natural’. Todo sufrimiento tiene lugar en una ‘cultura’ y entre sus contradicciones”, añadió.

Pero Francisco quiso centrarse en “la condición de soledad, de abandono. Se trata de una atrocidad que puede superarse antes que cualquier otra injusticia” porque “todo lo que se necesita para eliminarla es un momento de atención, el movimiento interior de la compasión”.

La Jornada Mundial del Enfermo “tiene como objetivo sensibilizar al pueblo de Dios, a las instituciones sanitarias y a la sociedad civil sobre una nueva forma de avanzar juntos”, dijo tras mencionar la parábola del buen samaritano, que “sugiere cómo el ejercicio de la fraternidad, iniciado por un encuentro de tú a tú, puede extenderse a un cuidado organizado”.

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