(Foto: Eric Tribut / Cortesía para El Comercio)
(Foto: Eric Tribut / Cortesía para El Comercio)
Milagros Asto Sánchez

Con casi 3 mil peruanos varados en el extranjero por la pandemia del , quienes logran abordar un vuelo de repatriación al país saben que tienen mucha suerte, pero también una gran responsabilidad.

Desde que reciben la confirmación de un asiento en un avión de retorno, los peruanos que regresan del exterior inician una nueva travesía que incluye, en muchos casos, estrictos protocolos de seguridad adoptados para frenar el avance del COVID-19.

Cecilia Morales y su hijo Rodrigo Valladares tomaron esta semana el ansiado vuelo rumbo a casa tras varios días de incertidumbre en Canadá, a donde habían llegado en febrero, invitados por una amiga para tener un poco de paz tras el fallecimiento de un ser querido. Ambos integran el afortunado grupo de 40 peruanos que partieron el martes de Toronto rumbo a Lima en un vuelo humanitario coordinado por el gobierno peruano y operado por la aerolínea Air Canada.

Morales cuenta a El Comercio que antes de abordar todos los pasajeros tuvieron que lavarse las manos por 20 segundos y guardar la distancia entre ellos. Una vez en el avión se permitió que las familias se sentaran juntas, pero separadas de las demás personas. Pasajeros y tripulantes llevaban mascarillas en todo momento.

Los peruanos que abordaron el martes el vuelo desde Toronto usaron mascarillas en todo momento. (Foto: Cecilia Morales / Cortesía para El Comercio)
Los peruanos que abordaron el martes el vuelo desde Toronto usaron mascarillas en todo momento. (Foto: Cecilia Morales / Cortesía para El Comercio)

Cuando despegó el avión sentí que el gobierno se preocupó por nosotros y sentí orgullo de que esté siendo estricto con las medidas para lograr controlar y detener esta pandemia”, dice Cecilia, quien, sin embargo, lamenta que el vuelo no trajera a las otras decenas de peruanos que esperaban poder subir a la nave en Toronto.

La peruana registró con la cámara de su celular varias escenas del viaje al Perú. Tiene fotos del interior del avión, del formulario que les dieron a bordo para indicar si se habían sentido mal recientemente y en qué ciudades habían estado los últimos 15 días. También fotografió la vista de Lima desde el aire y al personal que los esperaba fuera del avión, en el Grupo Aéreo Nº 8 de la FAP, con trajes especiales.

Morales lamentó que el avión no viajara con más peruanos. (Foto: Cecilia Morales / Cortesía para El Comercio)
Morales lamentó que el avión no viajara con más peruanos. (Foto: Cecilia Morales / Cortesía para El Comercio)
Los pasajeros recibieron un formulario en el que debían indicar si se habían sentido mal recientemente y en qué ciudades habían estado los últimos 15 días. (Foto: Cecilia Morales / Cortesía para El Comercio)
Los pasajeros recibieron un formulario en el que debían indicar si se habían sentido mal recientemente y en qué ciudades habían estado los últimos 15 días. (Foto: Cecilia Morales / Cortesía para El Comercio)

Estaban vestidos como en los hospitales con ropa blanca y celeste descartable, mascarillas y lentes también. Para mí fue impresionante. En ese momento pensé que íbamos a pasar por muchas pruebas pero no fue así. Nadie del grupo tenía síntomas”, relata.

Rodrigo, hijo de Cecilia, considera que en ese momento primaba la curiosidad. “Sabíamos por amigos y familiares cómo estaba todo en el país, pero queríamos verlo por nuestra cuenta. El recibimiento del personal de salud y militar fue muy profesional. Nos tomaron la temperatura y sellaron nuestros pasaportes, luego nos transportaron en bus al hotel. Claro, puede parecer un poco exagerado que te reciban con mamelucos blancos y máscaras, pero es necesario”, afirma.

En el mismo vuelo que Cecilia y Rodrigo estaba Eric Tribut, quien dice que lo que más le sorprendió de todo el proceso de repatriación fue el hecho de estar todos los días a la expectativa. Él fue convocado de urgencia a Toronto el último fin de semana para que pudiera abordar el vuelo humanitario rumbo al Perú.

Los pasajeros fueron recibidos por personal en trajes blancos a su llegada a Lima. (Foto: Cecilia Morales / Cortesía para El Comercio)
Los pasajeros fueron recibidos por personal en trajes blancos a su llegada a Lima. (Foto: Cecilia Morales / Cortesía para El Comercio)
Personal sanitario y militar resguardaron a los pasajeros a su llegada al país. (Foto: Eric Tribut / Cortesía para El Comercio)
Personal sanitario y militar resguardaron a los pasajeros a su llegada al país. (Foto: Eric Tribut / Cortesía para El Comercio)

Me encontraba en Nuevo Brunswick, casi en frontera con Nueva Escocia, logré llegar a Toronto gastando más de 400 dólares, pero después quedé a la espera el viernes en la noche, el sábado, el domingo y el lunes. Los primeros días conseguí un albergue pero luego lo cerraron. El último día el consulado de Montreal nos apoyó a mí y a un estudiante con el alojamiento y comida. Todos allá ya están en banca rota”, afirma.

En cuarentena

Ya en el Perú, luego de que las autoridades recibieran sus declaraciones juradas y midieran su temperatura, Cecilia, Rodrigo y Eric fueron llevados al hotel BTH Lima Golf, en San Isidro, donde pasan sus 14 días de cuarentena obligatoria. Ahí tienen los gastos de hospedaje cubiertos, así como desayuno, almuerzo y cena. Pero también deben con cumplir con una serie de indicaciones.

No podemos salir de las habitaciones. No puede haber contacto entre cuartos. Yo me comunico con una señora que tiene 7 meses de embarazo para saber si va bien y con otra señora que tiene diabetes. Hay otros dos peruanos con los que hablo por WhatsApp para saber cómo va todo. Yo trato de leer, veo las noticias, intento trabajar algunos temas con la laptop… pero la ansiedad muchas veces me gana y recién es el cuarto día”, señala Eric.

Las indicaciones que los peruanos en cuarentena en el hotel BTH Lima Golf deben seguir. (Foto: Cecilia Morales / Cortesía para El Comercio)
Las indicaciones que los peruanos en cuarentena en el hotel BTH Lima Golf deben seguir. (Foto: Cecilia Morales / Cortesía para El Comercio)

Por su parte, Rodrigo destaca la amabilidad del personal del hotel. "Definitivamente estamos mejor aquí que los últimos días en Toronto donde estábamos todos encerrados en un hospedaje al lado de la carretera sin saber si íbamos a volver o no, una situación en la que muchos siguen o seguían hasta hace poco. Al menos aquí sabemos que eventualmente nos vamos a nuestras casas”, apunta.

“Las medidas no son suficientes”

Los biólogos Jonathan Vasquez y Melissa Montes también fueron repatriados al Perú, pero su experiencia fue mucho más caótica que en los casos anteriores.

El cierre de fronteras sorprendió a estos esposos cuando se encontraban de vacaciones en Aruba y al no poder regresar al país desde allí, se vieron obligados a buscar otra nación que les brinde mayores condiciones de seguridad debido que la señora Vasquez se encuentra embarazada. Por eso escogieron México, donde consiguieron ser incluidos, sin costo alguno, en uno de los tres vuelos operados por Magnicharters que el gobierno mexicano coordinó para recoger a sus ciudadanos varados en Arequipa y Cusco.

Vasquez y su esposa llegaron al aeropuerto de Ciudad de México el 19 de marzo a las 11 de la noche para tomar el vuelo al Perú. En las horas siguientes fueron testigos de cómo los esfuerzos del personal de la embajada y el consulado peruanos en México por mantener el orden y la distancia social entre los pasajeros era en vano. Muchos gritaban, discutían y se pegaban a los otros con la intención de avanzar más rápido o subir primero al avión.

Jonathan Vasquez y Melissa Montes volvieron al Perú el último 20 de marzo. (Foto: Facebook Jonathan Vasquez)
Jonathan Vasquez y Melissa Montes volvieron al Perú el último 20 de marzo. (Foto: Facebook Jonathan Vasquez)

Varias personas trataban de organizarnos, pero el problema éramos nosotros, los peruanos, casi nadie hacía caso. No hubo mucho control en cuanto a salubridad, estábamos todos juntos, apachurrados, haciendo cola y en el suelo. Antes de embarcar no nos midieron la temperatura porque la verdad que en México no había control”, relata.

El destino de su vuelo fue Arequipa, donde el caos, la desesperación y la falta de precaución de la gente volvieron a aparecer mientras duraba la espera por el vuelo del Ejército que finalmente los trajo a Lima. “Sinceramente, no creo que las medidas impuestas por las autoridades sean suficientes, alguien necesita poner más orden porque la gente no entiende”, agrega.

El peruano cuenta que solo les tomaron la temperatura en Arequipa y que en ningún momento del viaje recibieron mascarillas o gel antibacterial de parte de las autoridades. Ni en México, ni en Arequipa, ni en Lima. Solo pudieron conseguir los tapabocas por la solidaridad de otros pasajeros. También alerta que nunca les preguntaron sobre los destinos que visitaron. “Nosotros hemos llegado de México después de haber estado en Aruba, pero pudimos haber llegado de Italia, Francia o España y nadie se iba a dar cuenta. A nosotros nadie nos preguntó. Entonces hay gente que puede haber subido al avión con más posibilidades de contagio”, apunta.

En contraparte, él y su esposa se encuentran muy bien cumpliendo su cuarentena en Lima. “Estamos bien, tranquilos. Estamos en el Hotel Casa Andina y las instalaciones son las mejores, el personal es increíblemente gentil, nos dan tres comidas al día y además dos meriendas. Estamos muy bien cuidados. Es indignante que haya ente que sale a quejarse de todo lo que nos dan cuando hay quienes no tienen qué llevarse a la boca”, afirma.

“Peruanos de segunda clase”

Pese a haber logrado ser repatriado, Eric Tribut invita a recordar que aún hay peruanos varados en el exterior, muchos de ellos en situación crítica. “La verdad es que cuando logramos aterrizar en Lima yo tuve una sensación agridulce. Por un lado, estoy feliz de lograr salir del caos después de casi cinco días varado y, por el otro, me siento decepcionado, con rabia, indignado de ver un avión Boing 777 de 300 pasajeros con solo 40 peruanos repatriados”.

Eric Tribut grabó cómo el vuelto humanitario que partió el martes de Toronto a Lima tenía decenas de asientos vacíos. (Captura de video Eric Tribut / Cortesía para El Comercio)
Eric Tribut grabó cómo el vuelto humanitario que partió el martes de Toronto a Lima tenía decenas de asientos vacíos. (Captura de video Eric Tribut / Cortesía para El Comercio)

Eric señala que unas horas antes del vuelo, 12 estudiantes jóvenes que no tenían síntomas y que llevaban consigo sus maletas no fueron permitidos de abordar pese a estar empadronados en sus respectivos consulados en Vancuver, Toronto y Montréal.

Una noche antes [del vuelo] esferas del gobierno nacional les negaron el acceso. Las funcionarias de los consulados apoyaron día y noche en los números de emergencia, pero las decisiones vinieron de más arriba. Hay un último vuelo de Air Canada que viene a Lima este viernes y recogerá ciudadanos canadienses pero parece que vendrá desde Toronto vacío. Los peruanos varados en el extranjero son ‘oficialmente’ peruanos de segunda clase”, afirma.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

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