Mediante la emisión de un Motu Proprio, un decreto por iniciativa propia, el Papa Francisco reformó la legislación del Vaticano para especificar que la violencia sexual contra los niños es un delito. Las sanciones contra quienes cometan pederastia regirán solamente en esa ciudad Estado, pero buscan demostrar que el Vaticano está tratando de acabar con los escándalos.

Francisco también dijo que quería renovar el compromiso de la Santa Sede con las convenciones internacionales contra delitos como el lavado de dinero y el terrorismo.

En virtud de los cambios, la violencia sexual y los actos sexuales con niños y la prostitución y la pornografía infantiles se incluyen dentro de una definición más amplia de la categoría de crímenes contra menores y son punibles con hasta 12 años de prisión, indicó un documento del Vaticano.

Los cambios normativos rigen sólo dentro de los 0,44 kilómetros cuadrados del estado Ciudad del Vaticano, pero buscan demostrar que el Papa está tomando en cuenta seriamente los diversos escándalos y que apunta a alinear la política de la Iglesia Católica con los estándares legales internacionales.

La Red de Sobrevivientes de Abusos por parte de Sacerdotes (SNAP por su sigla en inglés) se mostró poco satisfecha, diciendo que la iniciativa del Papa repararía superficialmente la imagen del Vaticano, pero que en el mundo real esto no cambia prácticamente nada, dado que sólo afecta al pequeño territorio de la ciudad-Estado.

La SNAP instó a la jerarquía de la iglesia a que se focalice en que su personal cumpla con las leyes seculares de larga data sobre abuso sexual y erradique a los obispos que no logran proteger a los niños.