RALPH ZAPATA RUIZ Corresponsal en Cusco
Luego de una inspección realizada por un grupo de autoridades, en la que se hallaron excremento de roedores y alimentos vencidos, ayer el titular de la Tercera Fiscalía Penal del Cusco, Alberto Pérez Cárdenas, ordenó la suspensión del servicio que ofrece el comedor de la Universidad Nacional de San Antonio Abad (Unsaac).
Dicha medida fue adoptada después de que cerca de 500 alumnos se intoxicaran por consumir alimentos en mal estado. Pérez dijo que la suspensión durará hasta que se levanten las observaciones planteadas por la Dirección Regional de Salud y de la comuna del Cusco.
Todo comenzó el último lunes a la hora del almuerzo, según refirieron los afectados. Karina Arias, estudiante de Turismo, contó que comió tallarines con pollo, ocopa y sopa de trigo. Cuando llegó a su casa, por la tarde, sintió fuertes dolores estomacales, dolor de cabeza, vómitos y diarrea. Esos mismos síntomas presentaron cerca de 500 alumnos que comieron lo mismo.
Ella se echó en su cama. Creyó que unas pastillas le calmarían los intensos dolores. Varios alumnos, según dijo el presidente de los comensales de la Unsaac, Luis Antonio Jaquehua, fueron a la farmacia a comprar pastillas contra el malestar estomacal, mientras que otros acudieron a postas médicas. El Hospital Regional del Cusco recibió a más de 70 alumnos desde la noche del último lunes hasta ayer.
Los alumnos intoxicados también acudieron ayer, de forma masiva, al tópico de la universidad, donde las enfermeras les brindaron rehidratantes y pastillas para controlar el dolor de estómago y las diarreas.
“Hace tiempo advertimos de la mala calidad de la comida, del deficiente personal y de los ambientes en mal estado del comedor. La universidad minimiza el problema, pero hablamos de cerca de 500 alumnos intoxicados”, dijo Jaquehua.
LUGAR INSALUBRE Fiscalizadores de la comuna de Cusco, personal de la Dirección Regional de Salud (Diresa) y miembros del Ministerio Público llegaron al comedor, administrado por la Oficina de Bienestar Social, para verificar las condiciones en que se preparaban los alimentos. También se inspeccionó el almacén, la cocina y otros ambientes.
El resultado de la inspección fue sorpresivo, según narró Güido Patilla Huacac, jefe del Área de Fiscalización de la comuna.
“Encontramos el almacén en pésimo estado. Hallamos productos infectados con excremento de roedores, utensilios inservibles y alimentos vencidos, sin marca ni registro sanitario. El personal no está capacitado ni tiene la indumentaria adecuada. Hay problemas con los proveedores y con el almacenamiento de los productos”, puntualizó.