Punto de inflexión en la disputa nuclear con Irán: tras una década de infructuosas negociaciones, Irán y el Grupo 5+1 llegaron en la madrugada de ayer en Ginebra a un acuerdo temporal por el que Teherán suspenderá parte de su programa nuclear a cambio de que se flexibilicen las sanciones económicas.
Las autoridades iraníes no dejaron ayer de felicitarse por un pacto que, a su entender, supone un éxito porque logra reafirmar frente a la comunidad internacional su derecho a desarrollar la energía nuclear con fines exclusivamente pacíficos.
El acuerdo alcanzado con el Grupo 5+1: Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China, Rusia y Alemania establece que en el próximo medio año Irán limite su enriquecimiento de uranio al 5%. Además, el uranio ya enriquecido al 20% será diluido con el fin de evitar que sea usado para fabricar armas atómicas (una bomba atómica se fabrica con uranio enriquecido al 90%).
Teherán tampoco podrá instalar nuevas centrifugadoras o plantas para el enriquecimiento de uranio, ni seguir con la construcción del reactor de Arak. En tanto, las centrifugadoras ya instaladas pero que aún no entraron en funcionamiento no podrán operar. Asimismo, se autorizarán controles diarios de inspectores internacionales.
Como contrapartida, el acuerdo establece el levantamiento de una parte de las sanciones internacionales vigentes, lo que implica para Irán un alivio financiero de unos 7.000 millones de dólares.
Según el canciller iraní, Mohamed Yawad Zarif, entre las medidas que serán suspendidas figuran parte del embargo petrolero y sanciones a la industria petroquímica iraní, la fabricación de automóviles, seguros y comercio con metales preciosos. Pero aún se mantendrán sanciones a parte de las exportaciones de petróleo y a las transacciones con el extranjero.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que el pacto eliminaba el potencial camino de Teherán hacia la obtención de un arma nuclear.
Para el ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, se trata de una buena noticia para el mundo y la muestra de que es posible trabajar con Irán y solucionar con diplomacia problemas difíciles.
“Nadie ha perdido”, dijo el canciller ruso, Serguei Lavrov, al resumir el sentimiento de victoria para todos surgido de las negociaciones desarrolladas en Ginebra con la mediación de la Unión Europea.
El acuerdo, que frena el trabajo nuclear más delicado de Irán –su enriquecimiento de uranio a alto nivel–, fue concebido como un plan de varios pasos para ir construyendo confianza entre las partes a fin de reducir años de tensión.