Valencia (El Tiempo de Colombia / GDA).Juan Manuel Carrasco tiene 21 aos, pero habla con el temple de alguien mayor. Fue detenido el 13 de febrero en Valencia, cuando recin empezaba la ola de protestas contra el gobierno de Nicols Maduro. Su caso, reseado en los ltimos informes de Amnista Internacional y Human Rights Watch, es uno de los ms escalofriantes, pues ilustra hasta dnde ha llegado la brutalidad policial y militar en Venezuela.
Arropado por su familia y amigos, denuncia que fue violado la misma noche de su detencin y golpeado hasta la inconsciencia. Ya no tiene arresto domiciliario, pero enfrenta cargos por protestar. Asegura que la suya fue una manifestacin pacfica. Hasta hace poco reciba amenazas, por eso no sale solo.
Este es el relato de su detencin para ElTiempo.
Me par a las nueve (del 13 de febrero) y les dije a mis hermanas que me iba para el shopping, donde estaba una manifestacin. Llegamos como a las diez y media y ah estuvimos todo el da, pacficamente, hasta las seis de la tarde. Llevamos agua que compramos para darle a la gente que estaba all. Como a las cinco, mi hermana me habl para irnos y le dije que no, que me quedaba. Ella me insisti, pero le dije, yo me quedo, porque ya estoy harto de la situacin del pas, de la economa, del hampa, de la corrupcin y uno no tiene que quedarse callado y ya.
Entonces mis hermanas se van y yo me quedo caminando. A las dos horas me voy a El Trigal otro sitio de protesta emblemtico en Valencia con unos amigos. No se haba quemado nada, nunca se quem nada, ni una gandola (camin), nada, como dijeron.
La Guardia Nacional (Bolivariana) lleg casi a las diez. Yo estaba con una amiga, sal corriendo con ella y otros muchachos hacia el carro de Jorge (Len, un amigo, sobrino de un magistrado). A ella la tir en un monte para que no la agarraran porque no poda correr ms. Segu corriendo y, cuando me mont en el carro, volte y vi que vena una chama que se llama Carla; me baj del vehculo, la mont en el carro y la proteg. Lleg la Guardia y nos parti los vidrios. Bajaron a Jorge primero, despus a los otros dos. Cuando me baj por la otra puerta, la Guardia nos resumi a golpes.
Nos maldecan, nos decan que nos bamos a morir, que ni rezramos por el maldito Dios. Eran 30 guardias, porque haba 15 motos y dos guardias en cada una. Nos robaron los telfonos y a ellos, un dinero en efectivo. Yo andaba nada ms con la cdula.
INCONSCIENTE TRES VECES Luego de ah, otros guardias bajaron con un garrafn de gasolina y se lo echaron al carro en que andbamos, un Aveo, y nos decan: Mira cmo ustedes queman su propio carro. El carro era de Jorge, y detrs haba un Optra negro, que nada tena que ver con la protesta Agarraron y tambin le echaron gasolina y lo prendieron.
Diagonal a donde estaban los carros haba un rbol grande. Nos llevaron all, nos tiraron al piso y nos empezaron a pegar. Nos pegaban con la culata del arma, con tubos; a m me brincaron en la cabeza. Qued inconsciente tres veces.
De ah nos llevaron al distribuidor El Trigal a punta de golpes. Nos seguan maldiciendo. Nos hicieron poner en posicin fetal. Trajeron otro grupo de detenidos. Yo andaba con jeans, y, de tanto correr, se me bajaron un poco (se seala la cadera). Estando en posicin fetal se me bajaron ms porque tena un bxer, que lo que hizo fue resbalar ms el pantaln. Nos empezaron a decir que nos iban a violar. Jorge se puso a pedir que nos llevaran a una clnica. Lo golpearon en la cabeza y le fracturaron el crneo.
A m me bajaron los bxer y, no s si fue con un fusil, lo que yo s s es que fue con una punta de hierro que me forzaron y me reventaron. Cuando tena que hacer mis necesidades, luego, eran bolas de sangre lo que yo botaba A los otros detenidos les pasaban las motos por las piernas. Luego, nos montaron en un jeep de la Guardia y despus en un convoy, pero, antes, uno de los soldados le dijo a otro: psame un trapo con gasolina para limpiar la sangre. Tena las piernas acalambradas.
Cuando llegamos al destacamento no poda pararme de donde estaba. Me baj como pude. Uno de los guardias le dijo a los otros: A este ya no le peguen ms porque lo vamos a reventar, pero vino uno, me peg una patada en la espalda, y nos siguieron pegando. Senta impotencia, quera matarlos, pero tambin rezaba y slo pensaba en ver a mi mam y a mi pap. Claro que identifiqu a varios guardias, est el sargento Blanco, ah tengo los nombres.
Luego, nos llevaron a un bao y nos desnudaron. Un tal teniente Verd nos dijo, otra vez, que nos iban a violar. Nos metieron uno por uno en la regadera, prcticamente por cinco segundos y nos sacaron. Cuando nos mandaron a vestir, lo hice como pude pues no poda agacharme. Sali uno de los guardias y me dijo t te quedas aqu. Cuando pregunt por qu, me metieron un cachazo con el arma y decid callarme. Luego, vino una guardia y me dio un vaso de agua con un Ibuprofeno.
Ella dijo que nos dejaran de pegar. Luego, por lo menos a m, por un momento, me dejaron quieto, pero los dems me contaron que les echaron bombas lacrimgenas y a uno de los muchachos, Osvaldo Torres, le partieron un casco en la cabeza.
Ya yo no poda ni hablar, pero vino otro guardia y me dijo: Qu haces t aqu?. Le dije que por protestar; me dio tantos golpes que la silla de aluminio en la que estaba sentado, se revent.
Al da siguiente, llegaron las fiscales y nunca nos dejaron hablar con ellas. Llegaron los mdicos forenses, nos hicieron unos anlisis, nos mandaron reposo. En ese anlisis, qued constancia de la violacin. A m me explicaron que el ano tiene rayitas, como si fuera un reloj, y yo tena lesiones como de la nueve a las seis.
QUE ME CALLE LA BOCA El da quince, el da de la audiencia, supuestamente, nos iban a llevar al Palacio de Justicia pero nos llevaron otra vez al CICPC (polica cientfica) para hacernos otra resea el da anterior nos haban hecho una resea all, en el destacamento, y volvieron a golpearnos. Nos regresaron y haba una juez y unos fiscales. Los fiscales mandaron a callar a la juez. Eso fue una mamadera de gallo total, haba guardias en la cocina, afuera de la sala, todos armados. Me pusieron en arresto domiciliario.
A los ocho das, por intermediacin del consulado espaol (es hijo de un espaol), pude ir a una clnica. All estuve dos noches. Cuando me trasladaron, haba nueve patrullas, como si yo fuera el peor narco. Pasaron los das y veamos, en la casa, cmo pasaban los guardias, tomaban fotos, luego la fiscal 28 de derechos humanos Caroli Montero vino y me dijo que no declarara ms, que me callara la boca.
Ya la fiscal general, Luisa Ortega Daz, haba dicho que lo de mi violacin era mentira. Yo segu declarando, nunca tuve acceso a mi expediente (hace poco pudo verlo su madre, son ms de 400 folios) y hoy tampoco tengo acceso. Cuando lo tenga, lo llevar al consulado espaol y voy a hacer una contrademanda al Gobierno.
Decid contarlo porque eso no me hace menos hombre, quiero dar la cara y luchar, yo no me voy a rendir. Jorge y Carla estn fuera del pas. Joshua, el otro chamo que estaba all, ya est pidiendo asilo en otro pas. Entonces tengo que tener plata o ser alguien importante para salir de este peo?, para que me den mi expediente?, para ser libre? O sea, aqu, en Venezuela, si no eres nadie, no tienes plata: jdete. Por eso sal a protestar y si pudiera, lo volvera a hacer.