Hace 99 años, cuando el frío apretaba y las hostilidades se hacían cada vez más intensas en la Primera Guerra Mundial, se encendieron unas luces desde el bando alemán de Ypres (Bélgica). Al otro lado del campo de batalla el bando británico esperaba un furioso ataque alemán, pero de pronto se escucharon melodías de villancicos que fueron apagando en la mente de los combatientes el ruido traumático del fuego cruzado.

Este mágico episodio de la Nochebuena de 1914 fue recordado hoy por FIFA.com. Cuentan que los combatientes de ambos bandos fueron asomando con sigilo desde sus trincheras y, muy cautelosos, comenzaron a acercarse para darse un impensado encuentro en la ‘tierra de nadie’.

Frente a frente, los ‘enemigos’ alemanes y británicos compartieron un momento impensado de experiencias y sentimientos que solo puede lograr la Navidad. Un soldado sacó de sus cacharpas un viejo balón de fútbol y ese fue el gran motivo para jugar un partido amistoso que la historia no olvidará.

Tras la Nochebuena, aquellos de mentes enfermas, provocaron el retorno de las funestas balas y extendieron la guerra por tres años más.