Uno de los dos socios y dueños de la discoteca Kiss, de Santa María, al sur de Brasil, y cuyo local se incendió la madrugada del domingo dejando un saldo de 235 muertos, intentó suicidarse en el hospital donde se encuentra detenido.

“(Elissandro Spohr) fue a ducharse, retiró la manguera de la ducha y la dispuso de manera que podría ahorcarse. Un policía se anticipó antes de que lo llevara a cabo. Era claro que quería ahorcarse”, dijo la comisaria Lilian Carus, de la policía civil de Cruz Alta, distrito donde está detenido y parte del estado de Rio Grande do Sul.

Spohr acudió al hospital luego de haber inhalado humo tóxico del incendio. Comenzó a sentir síntomas de intoxicación y por eso se dirigió al nosocomio. “Cuando hubo el pedido de prisión, lo localizamos, y está detenido y custodiado por policías en el hospital”, explicó la policía.

“No está en condiciones de ser dado de alta, incluso porque está muy afectado emocionalmente”, añadió Carus. El médico a cargo de Spohr, Paulo Vieceli, dijo al diario Folha de Sao Paulo que llora todo el tiempo, está bajo efecto de tranquilizantes y está “destruido”.