El Congreso de Estados Unidos aprobó el miércoles un acuerdo de último minuto para acabar con una parálisis parcial del Gobierno y evitar que la mayor economía del mundo cayera en una histórica cesación de pagos que hubiera desatado un desastre financiero.
Acabando con semanas de pleitos políticos que habían puesto nerviosos a los mercados de todo el mundo, el presidente estadounidense Barack Obama promulgó rápidamente la ley, aprobada por el Senado y la Cámara de Representantes luego de que los republicanos cedieron en sus esfuerzos- por condicionar su aval a cambios en la ley de salud del mandatario.
La oficina de presupuesto de la Casa Blanca pidió a cientos de miles de empleados públicos que estuvieran listos para volver a sus trabajos el jueves.
A pesar de todo, el acuerdo de última hora solo es una solución temporal y no resuelve los temas fundamentales de gasto y déficit que dividen a los republicanos y demócratas.
LO QUE IMPLICA EL ACUERDO La iniciativa otorga financiamiento al Gobierno hasta el 15 de enero y eleva el techo de endeudamiento hasta el 7 de febrero, por lo que los estadounidenses podrían enfrentar otra parálisis del Gobierno a principios del próximo año.
Con la noticia del acuerdo, que se alcanzó sólo un día antes de la fecha en la que el Departamento del Tesoro agotaría su capacidad de pedir prestado dinero, las acciones estadounidenses subieron a niveles cercanos al récord histórico.
Podemos comenzar a quitar de encima esta nube de incertidumbre e intranquilidad a nuestras empresas y a los estadounidenses, sostuvo Obama desde la Casa Blanca poco después de la aprobación del Senado y justo antes de que la Cámara de Representantes comenzara a votarla.
Esperemos que la próxima vez no sea a última hora, agregó el mandatario, que se puso firme frente a los republicanos defendiendo su ley Obamacare hasta llegar a un acuerdo con pocas concesiones para terminar la parálisis de 16 días.
LO QUE SE EVITÓ El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, dijo que la economía global evitó una potencial catástrofe con la aprobación en el Congreso del acuerdo para elevar el techo de endeudamiento estadounidense de 16,7 billones de dólares.
El pleito entre republicanos y la Casa Blanca en torno al financiamiento al Gobierno había forzado a dar licencia temporal a cientos de miles de empleados públicos desde el 1 de octubre y había despertado preocupaciones de que las políticas impulsadas por las crisis fueran la nueva regla en Washington.
Mientras algunas funciones esenciales como la defensa y el tráfico aéreo se han mantenido, parque nacionales y dependencias como la Agencia de Protección Ambiental han estado cerradas.
El senador republicano John McCain, cuyos socios políticos desencadenaron la crisis al oponerse a la ley de salud del presidente Obama, sostuvo el miércoles que el acuerdo marcó el fin de una odisea de agonía para los estadounidenses.
Es uno de los capítulos más vergonzosos que he visto en los años que pasé en el Senado, dijo McCain, quien exhortó a los republicanos a no ligar sus demandas sobre la ley Obamacare al límite de endeudamiento o el financiamiento federal.
Al final, el Senado dominado por los demócratas aprobó la medida con una votación de 81-18 y la Cámara de Representantes hizo lo propio por 285 a 144. Obama firmó la ley de 35 páginas pasada la medianoche.
DISFUNCIÓN POLÍTICA Aunque el acuerdo extiende la autorización de Estados Unidos para contraer préstamos hasta el 7 de febrero, el Departamento del Tesoro tendría herramientas para ampliar temporalmente su capacidad de endeudamiento más allá de esa fecha si el Congreso no actúa a principios del 2014.
Además de un aumento al límite de deuda, el acuerdo propone crear un panel bipartidista de legisladores para pensar en ideas de largo plazo para reducir el déficit, que tendrían que ser aprobadas por el pleno del Congreso. Su trabajo debería estar listo para el 13 de diciembre, pero algunos analistas dicen que el panel enfrenta una tarea extremadamente difícil.
El acuerdo también incluye algunos procedimientos de verificación de ingresos para quienes buscan subsidios bajo la ley de salud, pero los republicanos cedieron en sus intentos de incluir otros cambios.
El acuerdo muestra un cese del fuego temporal entre republicanos y la Casa Blanca en la última lucha en torno al gasto y el déficit que ha paralizado tanto a la toma de decisiones como a funciones básicas del Gobierno.
La disfunción política ha preocupado tanto a aliados de Estados Unidos como a acreedores como China, el mayor tenedor extranjero de deuda estadounidense, y despertó preguntas sobre el impacto en el prestigio del país.
El acuerdo es una victoria para Obama, que se mantuvo firme y se negó a negociar cambios a la ley de salud, y una derrota para los republicanos que han sufrido una reacción negativa del público norteamericano, de acuerdo a sondeos de opinión.