Buques estadounidenses equipados con armas atómicas permanecerán en aguas de Corea del Sur para garantizar plenamente el paraguas nuclear de su aliado ante las recientes amenazas de Corea del Norte, según informó el diario surcoreano Joongang.
Una vez finalizados los ejercicios militares conjuntos en curso entre Corea del Sur y EE.UU., ambos mantendrán por un tiempo las armas nucleares en las cercanías de las costas surcoreanas mientras observan qué sucede con Corea del Norte, reveló al periódico un alto funcionario de Seúl que no se identificó.
Necesitamos contar con un arma nuclear en la península coreana, aseguró el funcionario, tras explicar que, en caso contrario, las represalias a un hipotético ataque atómico del Norte llegarían desde las lejanas islas de Okinawa (Japón) y Guam, donde EE.UU. estaciona sus barcos con armamento nuclear.
El régimen norcoreano de Kim Jong-un aseguró hoy que Corea del Sur y EE.UU. se enfrentarán a consecuencias catastróficas por sus ejercicios militares anuales Key Resolve, iniciado ayer, y Foal Eagle, que comenzó el pasado día 1.
Se trata de un capítulo más en la dura ofensiva verbal iniciada la semana pasada por Corea del Norte, que ha amenazado a sus enemigos con un ataque nuclear preventivo y declaró nulo el alto el fuego de hace seis décadas con el Sur, mientras asegura que sus tropas están preparadas para la guerra.
MANIOBRAS DE LA DISCORDIA El ejercicio militar conjunto Key Resolve, que los aliados realizan cada año para coordinar la respuesta a un posible ataque norcoreano, se prolongará hasta el próximo 21 de marzo y cuenta con la participación de unos 10.000 soldados surcoreanos y 3.500 estadounidenses, además de aviones y submarinos del país norteamericano.
El inicio de estas maniobras ha sido uno de los detonantes de la escalada de tensión generada tras las amenazas de Corea del Norte, junto con las nuevas sanciones económicas y comerciales que el Consejo de Seguridad de la ONU impuso el pasado jueves al país comunista por su prueba nuclear de hace justo un mes.
EE.UU. mantiene en Corea del Sur unos 28.500 efectivos como herencia de la Guerra de Corea (1950-53), finalizada con un alto el fuego que se redactó para ser sustituido por un tratado de paz definitivo, algo que hasta hoy no ha sucedido.