Un militar estadounidense acusado de matar a 16 civiles afganos en 2012 se ha declarado culpable de asesinato, para evitar la pena de muerte.
El 11 de marzo de 2012 Robert Bales salió de una base en la provincia afgana de Kandahar y atacó dos poblados cercanos.
Además de matar a 16 personas dejó seis heridos.
La mayoría eran mujeres y niños.
Familiares de las víctimas le dijeron a la BBC que estaban indignados de que pueda evitar la pena capital.
Aunque la fiscalía había dicho en un principio que intentaría que se aplicara la pena de muerte, hace más de 50 años que ningún militar estadounidense ha sido ejecutado por la justicia de su país.