Scott Nagy, de 56 años, tiene cáncer terminal a la uretra. Sin embargo, su amor de padre y el afán por cumplir el sueño de su hija pudieron más que la enfermedad: dejó por un momento su habitación de hospital y acudió en su camilla hasta la Primera Iglesia Evangélica Luterana de Strongsville, en Ohio, EE.UU., para asistir al matrimonio de su hija y entregarla al novio tomándola de la mano.

Las imágenes del momento muestran a Sara Nagy (24) muy emocionada y con lágrimas en los ojos mientras era acompañada por su padre en el pasillo del recinto el pasado 12 de octubre.

“Fue una promesa que hice en marzo, llevar a mi hija al altar”, comentó Scott, según dio cuenta el diario local “The Plain Dealer”.

El padre fue diagnosticado con cáncer de uretra en noviembre pasado y se encuentra internado en un centro de cáncer desde agosto de este año. La camilla en la que ingresó al templo es la misma en la que pasa sus días.

Sarah Nagy y Angelo Salvatore planeaban casarse originalmente el próximo año, pero adelantaron la ceremonia al ver el deterioro de la salud del hombre de 56 años.

Es lo que quería desde que era una niña, a mi padre acompañándome hasta el altar”, comentó por su parte Sarah.

Scott no olvidaba la promesa que le hizo a su hija. Incluso, en su primera noche en el hospital le recordaba a su esposa Jean que tenía que estar en la boda de su hija. Hasta asistió a la despedida de soltera y ayudó a escoger el vestido de novia. Finalmente, aunque conectado con un tubo endotraqueal, logró cumplir su objetivo con el apoyo de dos enfermeras que, enteradas del caso, decidieron donar su tiempo y ayudar al paciente.