Manifestantes portando varas y protegidos con cascos y armaduras improvisadas se resguardan con sacos de arena, neumáticos y muros de ladrillo, cambiando guardia cada dos horas para asegurarse de estar alertas.
Luego que el gobierno de Egipto respaldado por los militares ordenó utilizar medidas de fuerza para retirar campamentos de partidarios del derrocado presidente Mohammed Mursi, éstos están extremando la seguridad en sus dos campamentos de protesta ubicados en El Cairo.
El miércoles, el gabinete ordenó a la policía desalojar las ocupaciones, diciendo que representan una amenaza inaceptable a la seguridad nacional.
El ministro del Interior, Mohammed Ibrahim, señaló que la orden será ejecutada en pasos graduales, según instrucciones de fiscales. Espero que ellos recurran a la razón y se vayan sin que las autoridades tengan que intervenir, dijo a The Associated Press en una entrevista telefónica.
LA OPOSICIÓN NO CEDE Ahmed Sobaie, vocero del brazo político de la Hermandad Musulmana, el partido Libertad y Justicia, consideró que la decisión del gabinete significa allanar el camino a otra masacre.
El Estado policial se está preparando para cometer más masacres contra civiles inocentes desarmados que realizan ocupaciones por la legitimidad, señaló.
En Washington, la portavoz del Departamento de Estado Marie Harf solicitó al gobierno encabezado por las fuerzas armadas evitar la violencia. Seguimos instando a funcionarios del gobierno interino y a fuerzas de seguridad a respetar el derecho a la congregación pacífica, indicó. Ello obviamente incluye campamentos.
Organizadores están fotografiando los campamentos ubicados afuera de la mezquita Rabaah al-Adawiya en el este de El Cairo y uno más pequeño al otro lado de la ciudad cerca del campus principal de la Universidad de El Cairo como evidencia de una perdurable base de apoyo de la alguna vez dominante Hermandad Musulmana de Mursi.
LOS DATOS La Hermandad se ha negado hasta ahora a cooperar con los líderes interinos del país, a quienes llama traidores, y a participar en un plan de transición acelerado respaldado por los militares para regresar a inicios del próximo año a un gobierno elegido democráticamente. En lugar de ello trata de mantener a miles de partidarios acampando en tiendas decoradas con fotografías de Mursi, ocupando una intersección en forma de cruz frente a la mezquita.
Las autoridades ya han tomado medidas duras contra la organización, arrestando a Mursi y a otros líderes de alto rango. El miércoles, fiscales egipcios enviaron a juicio a tres líderes principales de la Hermandad Musulmana por presuntamente incitar la muerte de al menos ocho manifestantes el mes pasado afuera de las oficinas centrales del grupo en El Cairo.
Fuerzas de seguridad han matado a más de 130 manifestantes durante dos enfrentamientos afuera de los campamentos.