El Gobierno egipcio prosiguió ayer su ofensiva contra la Hermandad Musulmana, que esta semana fue declarada grupo terrorista. Cientos de estudiantes fueron detenidos ayer, presuntamente acusados de simpatizar con la organización islamista.
También se registró la muerte de un joven de 19 años durante la incursión de las fuerzas de seguridad en un edificio de la universidad Al Azhar, considerada un bastión de los islamistas.
Al menos 350 presuntos miembros de la Hermandad Musulmana fueron arrestados entre el viernes y el sábado por las autoridades egipcias. A ellos se les podría aplicar la legislación antiterrorista que contempla severas penas de prisión e incluso la muerte, si se trata de los cabecillas.
El sábado, los enfrentamientos más graves se produjeron en la universidad, que es un respetado centro de estudios de la vertiente sunita del islam. Esta se ha vuelto un foco de protestas desde que sus autoridades respaldaron la asonada militar que depuso al presidente Mohamed Mursi, el 3 de julio pasado.
Según fuentes de seguridad, un grupo de simpatizantes de la Hermandad Musulmana ingresó en el edificio de la Facultad de Comercio, interrumpió un examen e inició un incendio, que destruyó dos pisos antes de ser controlado por los bomberos. Policías y militares egipcios entraron en el edificio lanzando gases lacrimógenos para dispersar a los revoltosos.
Hubo una víctima que fue identificada como Khaled El-Haddad, de 19 años, quien era seguidor de la hermandad, según informaron activistas a la agencia Reuters.
La policía arrestó a 101 estudiantes por posesión de armas de fabricación casera, reportó la agencia estatal. También hubo enfrentamientos en la Universidad de Zagazig, en El Cairo. En total, se reportaron 14 heridos.
ESPIRAL DE VIOLENCIA El incidente tuvo lugar un día después de que en las manifestaciones de partidarios a favor del presidente islamista se detuvieran a 265 presuntos miembros de la Hermandad Musulmana. Además, hubo cinco muertos en enfrentamientos contra las fuerzas del orden, según un nuevo balance ofrecido ayer por el Ministerio de Interior y por fuentes médicas.
El general Abdelfatah al-Sisi, el nuevo hombre fuerte del país y jefe del Ejército, prometió el jueves eliminar a los terroristas y devolver la estabilidad al país, tras dos atentados en dos días.
Desde que el Ejército derrocó a Mohamed Mursi, el país entró en una espiral de violencia. La dura represión de las protestas de los islamistas ha dejado ya más de mil muertos y miles de detenidos entre los partidarios del presidente islamista.
Asimismo, un centenar de policías y soldados murieron en ataques de los islamistas más radicales.