El papa Francisco asiste a una oración y a la bendición del Angelus con religiosos en la iglesia del Sagrado Corazón en Manama, Bahréin.
El papa Francisco asiste a una oración y a la bendición del Angelus con religiosos en la iglesia del Sagrado Corazón en Manama, Bahréin.
/ AP/Alessandra Tarantino
La Nación de Argentina / GDA

En el día que cumple 86 años –jornada en la que, como siempre, recibió a un grupo de indigentes, mensajes de augurios desde todo el mundo y siguió trabajando normalmente- el volvió a lamentar haber sido usado por algunos políticos de su madre patria.

“A veces me usan, pero nosotros usamos a Dios más, así que calladito”, dijo, según el anticipo de una , en la que mencionó el caso de un “candidato argentino” que por supuesto no identificó.

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“Hace seis o siete años vino a misa un candidato argentino. Hicieron una foto a la salida de la sacristía y le dije: ‘Por favor, no la use políticamente’. ‘Quédese tranquilo’, me respondió. A la semana estaba Buenos Aires empapelada con esa foto, trucada para que pareciera que había sido una audiencia personal. Sí, a veces me usan. Pero nosotros usamos a Dios muchas más, así que calladito y adelante”, indicó. Y tras ello, cuando en una repregunta le comentaron que “debe de ser duro también que se calibre cada palabra que pronuncia”, el Pontífice afirmó: “A veces lo hacen desde una hermenéutica anterior a lo que dije, para llevarme adonde quieren. ‘El Papa dijo esto’… Sí, pero lo dije en un contexto. Si lo sacás de contexto, es otra cosa”.

Ya en una entrevista que había concedido a LA NACION en diciembre de 2014 –la primera a un medio latinoamericano-, el Papa había lamentado algo parecido: “Me contaron, no sé si es verdad, que uno que recibí ahí retocó la foto, como que lo hubiera recibido en un lugar cerrado para hacer creer que fue privado”. Y también había hablado del turismo argentino que parecía haber aumentado: “Vienen a Europa, pero ahora tienen que venir también a la audiencia general de los miércoles. Muchas veces yo sentí –sí– que a veces algunos turistas vienen a Roma, miran las obras de arte, y en vez de mirarlas, las fotografían para ver la foto en la casa... Como que no les interesaba yo, sino la foto. Y eso me di cuenta. Hay gente muy buena que viene, gente sencilla, y siempre están los que tratan de sacar tajada”.

Francisco, que cumple hoy 86 años con un problema en el ligamento de la rodilla derecha que lo obligó a usar silla de ruedas, bastón y andador (pero que no significó una disminución de su ritmo, sino que “lo ha triplicado”, como le hicieron notar), en la entrevista volvió a decir una frase clave, que ya había pronunciado ante obispos italianos: “Es que se gobierna con la cabeza, no con la rodilla”.

Mostrándose de buen humor y ya caminando gracias a las terapias a las que se somete, también consideró que “la decisión de no operarme resultó buena”.

En un momento, cuando uno de los entrevistadores de ABC, el vaticanista español Javier Brocal, comentó que “se lo ve muy bien”, el exarzobispo de Buenos Aires respondió con su clásico humor porteño: “Sí, ya estoy en la edad en la que hay que decir ‘¡qué bien que se le ve!’”.

Amén de recibir mensajes de felicitaciones de todo el mundo por su cumpleaños y seguir trabajando normalmente -le llegaron saludos, entre otros, del presidente de Eslovenia-, tal como informó ayer el Dicasterio para el Servicio de la Caridad, lo primero que el Papa hizo esta mañana fue entregarle un premio especial “Madre Teresa” a tres personas que trabajan con los últimos, los descartados, la prioridad de su pontificado.

Se trata del padre Hanna Jallouf, franciscano que ayuda a los pobres en Siria; Gian Piero, apodado “Wué”, un sin techo que cada día destina una parte de las ofertas recibidas para ayudar a personas más pobres que él; y Silvano Pedrollo, un industrial de la ciudad italiana de Verona, en el nordeste, que destina buena parte de los ingresos de su empresa para asistir y ayudar a los más pobres en diversas naciones de África, la India y América latina, construyendo escuelas, pozos y estructuras sanitarias.

El Papa recibió en audiencia en el Palacio Apostólicos a estas tres personas, a quienes les agradeció su caridad, junto a 20 hermanas de la congregación de las misioneras de la caridad de la Madre Teresa de Calcuta y 20 indigentes que viven en sus dormitorios.

Les agradezco por esta visita tan llena de afecto y llena de mensajes: el mensaje de la pobreza, el mensaje de la cercanía, el mensaje de la fraternidad, el mensaje de la oración, que es la herencia que la Madre Teresa nos ha dado siempre”, dijo el Papa, que elogió el coraje de esta monja beatificada por Juan Pablo II en 2003.

Que nos ayude Madre Teresa desde el cielo a vivir la pobreza con simplicidad y con oración. Así podemos ayudar a los demás y no es una simple beneficiencia, que es algo bueno”, pidió. Y concluyó: “Una beneficiencia es buena, pero es pagana. Cristiana es la cercanía, la caridad con oración. Y esto es bueno”.

Por Elisabetta Piqué

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