¿Qué pensaría si en los libros escolares de sus hijos aparecieran errores como la palabra arrollo en lugar de arroyo, biosfera en lugar de biósfera o el pleonasmo parvada de aves?
Pues esta es la forma como este año estudiarán millones de niños mexicanos que cursan la educación básica, porque en los libros de texto oficiales para el actual ciclo escolar se cometieron 117 errores ortográficos como poner la tilde en sitios donde no corresponde, falta de letras en algunas palabras, cambio de fechas o ubicaciones geográficas equivocadas.
Los errores provocan escándalo, sobre todo en un país que ocupa uno de los últimos lugares en rendimiento escolar entre los miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
Es algo que nunca hubiéramos querido enfrentar o que hubiera pasado por nuestra mente, es muy lamentable, le dice a BBC Mundo Consuelo Mendoza García, presidenta de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF).
Son millones de libros con estas equivocaciones que ya se distribuyeron en todas las escuelas de educación básica del país.
El secretario de Educación, Emilio Chuayfett, reconoció que las pifias son imperdonables, pero aseguró que la edición fue realizada por el gobierno del expresidente Felipe Calderón.
Cuando la nueva administración asumió el poder el 1 de diciembre pasado fue imposible detener la impresión de 235 millones de ejemplares. Hacerlo hubiera implicado que no estuvieran disponibles para el actual ciclo escolar, que inició el 19 de agosto.
Hasta el momento ningún funcionario del gobierno anterior, encabezado por el conservador Partido Acción Nacional (PAN), ha asumido la responsabilidad de estos errores.
PRECAUCIÓN La Secretaría de Educación Pública (SEP) distribuyó una guía para ayudar a los maestros a enmendar los errores durante las clases.
Oficialmente no se ha informado cuáles son las equivocaciones pero algunos medios han hecho búsquedas independientes.
El diario La Razón Razón, por ejemplo, localizó 88 errores como la palabra precausión en lugar de precaución; ocaciona en vez de ocasiona o papas en sustitución de papás.
Los editores de los libros de texto equivocaron el nombre del escritor Haruki Murakami a quien llamaron Jaruki Muramaki, ubicaron a la población de Tulum en Yucatán y no en Quintana Roo, donde realmente existe, así como también confundieron la fecha de los primeros Juegos Olímpicos de Londres: según ellos ocurrieron en 1984 y no en 1948.
La Razón encontró enredos de redacción como si no se les son usadas y nos lastimamos a nosotros mismos, así como el uso de palabras innecesarias en algunas frases: inhala por la nariz o ingiere por la boca.
Muchos errores son letras que faltan y otras que sobran. Es el caso de bibioteca, contactoo, contrubuyen o respirarimos, palabras impresas en varios de los textos que se distribuyen en los seis grados de educación primaria.
OBLIGACIONES En México los libros para la educación primaria son elaborados por la Secretaría de Educación, son gratuitos y de uso obligatorio en todas las escuelas, incluso las privadas.
Los maestros pueden utilizar textos y materiales adicionales, siempre y cuando cumplan con los requisitos establecidos en el programa educativo de cada curso.
Es un problema más serio que los errores ortográficos, dice la presidenta de la UNPF.
Las equivocaciones en el actual ciclo pueden corregirse con la guía entregada por la SEP, que además solicitó la colaboración de la Academia Mexicana de la Lengua para elaborar los textos de los siguientes cursos.
Pero la obligación de utilizar sólo los libros de la Secretaría limita el aprendizaje a muchos estudiantes, asegura Mendoza García. El problema se tiene que ver más allá de los 117 errores ortográficos, y entender que la participación de los maestros y padres de familia es vital, insiste.
Un tema que cobra relevancia en los días que ahora vive México: en el Congreso se discuten las leyes reglamentarias a la reforma educativa recientemente aprobada, y a la que se oponen miles de maestros de la disidente Coordinadora Nacional de la Educación (CNTE).
El gobierno mexicano espera que esta reforma mejore la calidad de la educación en el país, especialmente en el nivel básico. Pero el proceso, reconocen especialistas, puede tardar varios años en concretarse.