La etarra Inés del Río, de 55 años, salió hoy de la prisión de Teixeiro, en la provincia de La Coruña (noroeste de España), después de que la Audiencia Nacional española decidiera su excarcelación en cumplimiento de una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).

Los 17 magistrados que componen el pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional adoptaron hoy por unanimidad esta decisión, al entender que el fallo del Tribunal Europeo en ese sentido es claro y concluyente.

El caso de Inés del Río, condenada a más de 3.000 años de prisión por 23 asesinatos, atentados, tenencia de explosivos y falsificación de documentos, puede suponer la puesta en libertad de más de medio centenar de presos etarras en cárceles españolas.

En los últimos años, Inés del Río había cumplido condena en Teixeiro por delitos, entre otros, de atentados, asesinatos, estragos, tenencia de explosivos y falsificación de documentos

LA DOCTRINA PAROT Del Río recurrió ante el TEDH, la llamada doctrina Parot, una jurisprudencia del Tribunal Supremo español, que toma su nombre del etarra francés Henri Parot y obliga a computar los beneficios penitenciarios sobre el total de las penas y no sobre el límite máximo de cumplimiento de 30 años de prisión, lo que supone una prolongación de la estancia en la cárcel.

El TEDH dictaminó que la doctrina Parot, aplicada en España a condenados por delitos graves de terrorismo y otros, violaba dos artículos del Convenio Europeo de Derechos Humanos, decisión esta que España recurrió y que el lunes fue confirmada por el Tribunal Europeo en respuesta al recurso.

Además de etarras encarcelados, esta sentencia puede beneficiar a presos condenado por graves delitos, como el asesinato.

Al decidir la puesta en libertad de Del Río, los magistrados de la Audiencia Nacional española afirmaron que desde hoy se consideran extinguidas sus responsabilidades penales por cumplimiento de condena de la presa, que estuvo 26 años y tres meses en prisión.

AMIGOS Y FAMILIARES LA RECIBIERON Una quincena de personas, entre familiares y amigos, estaban delante del centro penitenciario gallego para recibir a la que fue miembro del comando Madrid de ETA, una auxiliar administrativa de profesión, originaria de Tafalla, en la provincia de Navarra (norte) y quien ha estado encarcelada desde julio de 1987.

Vestida de negro, Del Río repartió abrazos y besos entre la comitiva que la aguardaba y fue cubierta con una enorme ikurriña (bandera vasca) para resguardarla del aluvión de flashes de fotógrafos y cámaras de televisión.

Sin hacer declaraciones, Del Río y sus acompañantes entre quienes estaba su abogada abandonaron la zona en cuatro vehículos.

A su salida, se ha escuchado un contundente ni olvido ni perdono, proferido por dos hombres portando una bandera española en la que estaba tachado el escudo y que dijeron a la prensa que Gobierno de España ha claudicado.