El nuevo presidente de China, Xi Jinping, parecía tener una actitud sociable en el foro económico Boao de la isla china de Hainan.
Los medios estatales chinos publicaron decenas de fotografías en las que aparece Xi estrechando la mano de sus colegas de Australia, Camboya e incluso Argelia.
Por el contrario, el supuesto aliado de China, Corea del Norte, recibió el equivalente retórico de un golpe con los nudillos.
A nadie debería permitírsele poner a una región e incluso al mundo entero en caos por cuenta de ganancias egoístas, advirtió Xi durante un discurso en la apertura del foro.
El presidente chino no mencionó a ningún país con nombre propio, pero se cree ampliamente que sus palabras apuntaban a Pyongyang.
Hace décadas, China y Corea del Norte establecieron una relación relativamente cercana con base en los vínculos históricos e ideológicos compartidos. Pero esa relación ha entrado en una fase oscura.
Desde la prueba nuclear de Corea del Norte en febrero, no ha habido contacto de funcionarios de alto nivel y la relación de ambas partes está relativamente fría, explica el profesor Su Hao, de la Universidad de Relaciones Exteriores de China.
Algunos argumentan que los vínculos entre ambos países no se recuperaron tras la muerte de Kim Jong-il el año pasado. Cuando Kim Jong-un llegó al poder, él no les rindió honores a los líderes en Beijing que estaban entregándole a su régimen la mayoría de la ayuda alimenticia y energética que recibe.
En comparación con lo que ocurrió con su abuelo y su padre, China tiene un mínimo contacto personal con el joven líder, dice Cheng Xiaohe, subdirector del Centro para los Estudios Estratégicos Internacionales de China en la Universidad Renmin de Beijing.
Cuando este chico joven llegó al poder, él trató de mostrar su cara dura a Estados Unidos y Corea del Sur, pero también a China.
DISTRACCIÓN NO BIENVENIDA Ahora, algunos académicos y periodistas en China están presionando abiertamente a Beijing para que reconsidere sus políticas sobre Corea del Norte.
En febrero, el periódico Financial Times de China publicó una columna de opinión bajo el título China debería abandonar a Corea del Norte.
Su autor, el editor Deng Yuwen, argumentó que Beijing debería apoyar la reunificación coreana.
Pero luego fue despedido de su puesto cuando el ministerio de Relaciones Exteriores de China llamó para quejarse por la nota.
La posición de Deng recibió apoyo en los foros de internet de China, si bien él parece estar en minoría.
Muchos funcionarios gubernamentales prominentes quieren que China mantenga el status quo con Corea del Norte, por todas las razones típicas: si el régimen de Kim colapsa, millones de refugiados norcoreanos podrían cruzar la frontera con China, lo que crearía presiones económicas adicionales para Beijing.
Además, se argumenta que una Corea unificada podría alinearse con Washington, lo que dejaría a China con un aliado de Estados Unidos justo al otro lado de la frontera.
NO TIENE MIEDO Sin embargo, esa es una preocupación anticuada que sólo tenía sentido hace décadas, dice Cheng Xiaohe.
China es un país formidable con una economía grande y unas fuerzas militares modernas, explica.
China no tiene miedo de ser invadido o rodeado por ningún país.
Al mismo tiempo, China está ocupado con sus propios problemas domésticos y las tensiones regionales en los mares de China Meridional y Oriental.
Los problemas crecientes que vienen desde Pyongyang son una distracción no bienvenida.
Los diplomáticos chinos están intentando apaciguar el problema utilizando una diplomacia de las palabras fuertes y las sanciones de Naciones Unidas para mantener a Pyongyang bajo control.
Si eso falla, puede haber acciones más directas como reducir la ayuda energética, tal como Beijing ha hecho en el pasado.
Y si esas medidas no funcionan, los líderes chinos pueden llegar a extrañar los días relativamente estables de los Kim mayores.
La paz, como el aire y la luz del Sol, son poco notorios cuando las personas se benefician de ellos, dijo Xi Jinping en su discurso de apertura en Boao.
Pero ninguno de nosotros puede vivir sin ellos.