El presidente estadounidense, Barack Obama, rechazó la posibilidad de que su gobierno suspenda las deportaciones de indocumentados distintos a los menores de 30 años que fueron traídos ilegalmente a Estados Unidos durante su niñez y afirmó que sería muy difícil de defender con argumentos jurídicos.
Si comenzamos a expandir eso, entonces esencialmente, yo estaría haciendo caso omiso de la ley en una manera que sería muy difícil de defender con argumentos legales. Así que eso no es una opción, dijo Obama en entrevista concedida a Telemundo.
Ese fragmento de la entrevista no fue incluido en el fragmento transmitido el martes por la televisora, pero sí en la transcripción completa de la entrevista difundida por Telemundo.
El gobierno anunció en junio del 2012 un programa para suspender las deportaciones de inmigrantes sin papeles menores de 30 años que cumplan con algunos requisitos.
EL CAMINO ES EL CONGRESO Obama expresó preocupación porque algunos activistas propulsores de una reforma migratoria comienzan a desanimarse y a esperar que él emita una medida administrativa de beneficios migratorios para remediarlo.
Hay un camino para lograr esto, y es a través del Congreso. Y en este momento, todo el mundo debería estar concentrado en asegurarse de que el proyecto de ley aprobado por el Senado llegue al pleno de la cámara de representantes, agregó el mandatario.
El Congreso mantiene en el limbo a la reforma migratoria, ya que la mayoría republicana en la cámara baja se ha mostrado reacia a debatir el proyecto de ley aprobado por el Senado en junio, el cual concede a los inmigrantes sin papeles la opción de la naturalización.
La comisión judicial de la cámara baja aprobó en julio cinco proyectos de ley en áreas migratorias, todos de corte restrictivo a la inmigración ilegal. La agenda legislativa que recibe a los congresistas tras su receso primaveral de cinco semanas luce copada con otros asuntos complicados como el debate sobre el financiamiento del gobierno federal y del tope para la deuda pública.