Washington y Londres no enviarán más asistencia no letal a los insurgentes que combaten contra el régimen de Bashar al Asad en Siria. Su argumento es que esta ayuda corre riesgo de caer en manos de milicianos vinculados a Al Qaeda.
Esta decisión es un nuevo duro golpe para el fracturado movimiento opositor, dividido entre el Ejército Sirio Libre (ESL) –de tendencia moderada y respaldado por Occidente– y grupos extremistas islámicos.
Las luchas intestinas han hecho disminuir la confianza internacional en los rebeldes y los han socavado en su enfrentamiento contra Asad.
Un funcionario de la embajada estadounidense en Ankara, la capital turca, dijo que Estados Unidos ha dejado de enviar anteojos de visión nocturna, chalecos antibalas, equipos de comunicaciones y otros apoyos militares a la oposición en el norte de Siria después de que facciones opositoras ultraconservadoras tomaron control el viernes de bases y almacenes del ESL que contenían parte del equipo enviado por países extranjeros.
La cancillería británica dijo que no hará ningún envío de equipo al ESL mientras investiga esos ataques, pero espera reanudarlos pronto.