En lo que respecta a Siria, el gobierno del presidente Barack Obama está seguro de algo: El gobierno de su homólogo Bashar al-Assad debe ser castigado después que presuntamente usó armas químicas, posiblemente gas sarín, para matar a cientos de personas.
Estados Unidos y sus aliados acusaron a Assad de cruzar una línea que el presidente Obama dijo tendría enormes consecuencias. Ahora se prevé que provoque un ataque militar limitado en tiempo y en alcance, con el objetivo de reducir y debilitar a Assad pero sin derrocarlo ni destruir sus fuerzas.
Los detalles de cómo y cuándo los militares estadounidenses y las fuerzas aliadas puedan atacar sigue en discusión, pero se basará en planes complejos desarrollados y modificados reiteradamente por el Pentágono.
Hoy Barack Obama anunció que, si bien ya decidió que su país debe tomar una acción militar en Siria, por motivos de seguridad nacional, ha pedido una autorización del Congreso para ello.
Esto es un vistazo a lo que se sabe y lo que no está claro sobre cómo se desarrollaría.
¿QUIÉN DECIDE? La orden para el ataque provendría de Obama, sería entregada al general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos y al secretario de Defensa, Chuck Hagel.
La implementación del plan estaría probablemente a cargo del Mando Central de Estados Unidos, encabezado por el general del Ejército Lloyd Austin. El jefe más inmediato podría ser el almirante Bruce Clingan, que dirige las fuerzas navales en Europa.
Los jefes militares estadounidenses se comunicarían y coordinarían con funcionarios militares de otras naciones, como Francia.
PORTAAVIONES Y AERNOAVES Los cinco destructores de la Marina estadounidense —USS Gravely, USS Mahan, USS Barry, USS Stout y USS Ramage— ya están en el Mediterráneo a la espera de la orden para atacar. Y ahora se les ha unido el buque anfibio de asalto USS San Antonio, un portahelicópteros con infantes de Marina, que no tiene cohetes crucero y no se espera que participe en el ataque.
El tránsito del buque planeado de antemano a lo largo del Mediterráneo fue interrumpido a fin de que permaneciera en el área para que ayudara de ser necesario.
Los destructores están armados con decenas de misiles crucero Tomahawk, que tienen un radio de unos 1.852 kilómetros (1.000 millas náuticas) y se usan para golpear objetivos precisos. El Tomahawk tiene 6,1 metros de largo y menos de 61 centímetros de diámetro y cabezas explosivas de 453.6 kilogramos.
Los cohetes vuelan a baja altura y su alcance permite que las naves permanezcan alejadas de la costa, fuera del alcance de cualquier respuesta del gobierno sirio. Algunos buques tienen cámaras que pueden ofrecer una evaluación de los daños causados.
La Marina también tiene dos portaaviones en el Mar de Arabia con numerosos cazas de combate. El USS Truman llegó a la región en reemplazo del USS Nimitz, que tenía previsto volver a Estados Unidos, pero la Marina ordenó que el USS Nimitz se quedara en la zona por ahora.
Funcionarios de Estados Unidos calificaron la decisión de una planificación prudente y dijeron que eso no significa que el Nimitz vaya a participar en un posible ataque a Siria.
Al conocerse que Gran Bretaña no participará, Francia ha dicho que está preparada para una acción militar contra Siria. El presidente francés Francois Hollande no necesita la aprobación del Parlamento para una operación militar que dure menos de cuatro meses.
Los oficiales militares franceses confirmaron que la fragata antimisiles Chevalier Paul, al igual que el buque de transporte pesado Dixmude, zarparon el jueves desde el puerto de Tolón, en el Mediterráneo, como parte de un entrenamiento regular y preparación operativa, pero negaron que tuvieran algún vínculo con las posibles operaciones contra Siria.
Francia también tiene una decena de aeronaves con capacidad de lanzar cohetes crucero en sus bases militares en los Emiratos Árabes y Yibuti, nación del Cuerno de África, al igual que cazas de combate que pueden despegar desde sus bases aéreas en las isla francesa de Córcega o en la región occidental de Francia.
SOBRE LAS FUERZAS SIRIAS Se cree que el régimen de Assad tiene unos 400 aviones en operaciones y una de las redes de defensa antiaérea más robustas de la región, con numerosas baterías de cohetes tierra-aire que se superponen en zonas clave, en combinación con miles de cañones antiaéreos capaces de enfrentar a aviones que vuelen a baja altura.
Siria también cuenta con un sistema coheteril móvil de defensa costera, con cohetes Yakhont capaces de hundir grandes barcos de guerra, como los portaaviones.
Hace dos años, el ejército sirio tenía unos 250.000 hombres sobre las armas, pero con las reservas la cifra aumenta a unos 700.000. Sin embargo, los dos años de la guerra civil han afectado a las fuerzas sirias debido a las deserciones y los daños y bajas.
La gran preocupación es que cualquier ataque estadounidense pueda provocar una respuesta de Assad, como el posible uso armas químicas contra ciudadanos sirios o incluso naciones vecinas.