GABRIELA QUEVEDO

“Ella tenía muchos sueños; quería viajar a otros continentes, recorrer África, Asia”, recuerda Guiselly Miguel Figueroa, prima de Johanna Perea, una joven peruana de 28 años que estaba a un examen de distancia para graduarse de Ingeniera Química de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza. El pasado viernes, su cadáver con el rostro desfigurado fue hallado cerca a la estación de Renne, en Lausana.

La última vez que Johanna fue vista con vida lucía muy contenta. Sus amigos le habían organizado una fiesta de despedida antes de que parta a Ginebra, ciudad en la que viviría con su tía Florencia Verdi. “De la reunión se marchó con un grupo de 5 a 7 amigos. Entre ellos estaba Gaetan Vovylloud, con él solía compartir taxi cuando se retiraban de las fiestas. Él es el último que la ve esa madrugada”, indica David Perea, hermano de la víctima, quien reside en Huaral.

Hasta ahora la versión oficial del Departamento de Policía de Lausana es que Johanna falleció en un accidente ferroviario.

Pero la familia Perea Verdi asegura que la información que han logrado recopilar por otras vías –conocidos y amigos de Johanna– pone en evidencia varios cabos sueltos.

La última persona que habría visto con vida a la estudiante no fue, necesariamente, Gaetan Vovylloud sino el taxista que los llevaba. Una hora después de que Vovylloud descendiera del vehículo el cuerpo de Johanna fue hallado por la policía. Hasta el momento, el chofer no ha sido ubicado.

David Perea asegura, además, que su hermana no tenía motivo para dirigirse a esa estación de tren, puesto que está en sentido opuesto a Ginebra, la ciudad a la que se estaba mudando. Además, afirma que el cadáver fue encontrado a 600 metros de distancia de la vía férrea. Por esos motivos, cree que pudo tratarse de un homicidio.

El cónsul adscrito del Perú en Suiza, Julio Álvarez Sabogal, indica que hasta ahora no cuenta con más información que la brindada por la Policía Judicial de Ginebra y la policía de Lausana, que sostienen que la muerte se debió a un accidente.

“Las leyes suizas sindican a la señora Florencia Verdi Perea (tía de Johanna) como único contacto que tiene acceso a la información oficial”. El Comercio intentó ayer, sin éxito, comunicarse con ella.