Luego de la final del domingo de la Eurocopa entre Italia e Inglaterra, el balón se detuvo en el Viejo Continente, pero no pasará lo mismo con los contagios. De hecho, las gradas de los estadios rebosantes de hinchas, los festejos en calles, bares y restaurantes, y hasta las reuniones en casa para ver los encuentros del torneo ya se están traduciendo en un alza de infecciones de COVID-19.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) llevaba semanas advirtiendo del “riesgo masivo” de contagios en torno a los eventos deportivos y las cifras lo confirman.
MIRA: ‘Pasaportes de vacunación’: ¿Qué países ya los emiten y cómo funcionan?, ¿serán la regla en la nueva normalidad?
Rusia constató hace unos días un incremento de casos en San Petersburgo. La antigua capital de los zares acogió seis partidos de la primera fase y uno de los cuartos de final, a los que asistieron más de 150.000 espectadores.
En tanto, Escocia identificó que 1.991 personas que habían asistido a un evento de la Eurocopa obtuvieron el virus. De ellas, 1.294 habían viajado a Londres y 397 habían ido a Wembley, donde Inglaterra jugó contra Escocia. Algo similar ocurrió en Finlandia, que registró que más de 300 de sus ciudadanos se contagiaron mientras apoyaban a su equipo.
“Hemos visto varios ejemplos de aumento de las infecciones asociadas a la Eurocopa. Unos 1.300 aficionados escoceses se infectaron tras el partido con Inglaterra y más de 200 finlandeses se contagiaron tras asistir a un partido en San Petersburgo”, dice a El Comercio Martin Mckee, profesor de Salud Pública Europea en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
Explica que si bien es poco probable que haya muchos decesos –hay un gran número de vacunados en Europa y la mayoría de los asistentes a los partidos son jóvenes–, lo más preocupante es que continúe la difusión del virus y ello afecte gravemente a algunas personas.
Antoine Flahault, epidemiólogo y director del Instituto de Salud Global en la Universidad de Ginebra, señala que los partidos de la Eurocopa han producido un rebote en cada país al que acuden los hinchas o cuando estos regresan al suyo.
“Ya se han detectado casos de hinchas finlandeses, escoceses y franceses que han dado positivo al volver a sus países, por lo que no se trata de sucesos teóricos ni raros. Los líderes europeos no se han dado cuenta de cómo solo un par de personas infectadas pueden desencadenar eventos de superdifusión, y una mayor propagación a gran escala”, afirma.
Comenta que, por ejemplo, el repunte que se observa actualmente en Portugal parece atribuirse principalmente a la final de la Liga de Campeones, organizada también por la EUFA el pasado mes de mayo en Oporto. “Los dos finalistas eran clubes británicos (Manchester City y Chelsea), con 12.000 hinchas llegados sin ningún tipo de control desde Inglaterra en un momento en el que la variante Delta circulaba a gran velocidad en Gran Bretaña. Estos hinchas sembraron Portugal con el virus al llegar, y ahora el país está luchando con una cuarta ola debido a la variante Delta”, señala.
Durante el torneo, que empezó el 11 de junio, se celebró en países que cuentan distintas restricciones ante la pandemia, el número de hinchas en los estadios ha oscilado entre el lleno total y el 25% a 45% de capacidad en otros recintos.
Del gozo al lamento
Los expertos apuntan que los mayores riesgos de contagio han estado en las actividades previas y posteriores a los partidos, como los encuentros, celebraciones y los trayectos en el transporte público abarrotado.
“Haber visto a 300 hinchas finlandeses volviendo a casa desde San Petersburgo con el virus o a 2.000 escoceses desde Wembley es el peor escenario que se puede dar en directo en nuestros programas de TV. Es muy triste”, dice Flahault.
“La Eurocopa se organizó de forma muy liberal, sin tener en cuenta la situación de pandemia que evolucionaba rápidamente en el Reino Unido y en Rusia. Se organizaron muchos partidos en estos dos puntos calientes que sufrían con la variante Delta”, agrega.
Pero los temores seguía en curso el mismo domingo. La final de mañana tuvo a 60.000 espectadores en las gradas de Wembley, que tiene un aforo máximo de 90.000.
La decisión, muy criticada pues el Reino Unido vive un aumento de casos por la variante Delta, implicó la mayor asistencia en un evento deportivo desde el comienzo de la pandemia.
Flahault apunta que antes de la Liga de Campeones y de los partidos de la Eurocopa, Europa se encontraba en una situación epidemiológica bastante buena, con una marea muy baja en todas partes, excepto en el Reino Unido, que había abierto demasiado rápido sus fronteras a la India en abril, cuando este país se enfrentaba a su devastadora ola epidémica impulsada principalmente por la variante Delta emergente.
En total, dice el experto, fueron entre 5.000 y 8.000 viajeros diarios los que regresaron de la India al Reino Unido durante dos semanas consecutivas, antes de que se aplicara un control fronterizo más estricto. “Esto desencadenó y alimentó la cuarta ola en el Reino Unido. La Liga de Campeones y la Eurocopa ayudaron posteriormente a mezclar al público de varios países europeos no afectados anteriormente por la variante del Delta”, dice.
“Hay algunas personas gravemente enfermas en estas historias, y se prevén muertes y largas por COVID-19 al final del viaje. Es muy triste. Europa tuvo una oportunidad en junio para protegerse de nuevas olas gracias a los niveles muy bajos de incidencias observados en todas partes. Se prometía un verano agradable y descansado para la mayoría de los ciudadanos europeos, que podían planificar fácilmente sus viajes entre países de situaciones similares”, señala.
Agrega que ahora estos planes son mucho más difíciles de realizar, ya que la situación epidemiológica se está deteriorando rápidamente en países conocidos por atraer turistas en verano como España, Portugal, Grecia, Chipre y Francia. El gobierno francés ya ha aconsejado a sus ciudadanos que no se desplacen a España y Portugal durante el periodo estival, aunque no ha cerrado oficialmente ninguna de sus fronteras europeas.
En Asia y América
Pero Europa no es el único lugar con eventos retadores. Japón anunció hace dos días que no habrá público en varias sedes de los JJ.OO. de Tokio debido al aumento de contagios.
En el caso de esta competencia deportiva, que tendrá lugar del 23 de julio al 8 de agosto, Martin Mckee apunta al incipiente estado de la vacunación como un problema.
“Japón ha sido muy lento en el despliegue de su programa de vacunas, por lo que tengo serias preocupaciones, al igual que muchos japoneses. Me sorprendería que consiguieran evitar un brote importante”, afirma.
En nuestro continente, la alcaldía de Río de Janeiro, una de las ciudades brasileñas más afectadas por la pandemia, aprobó la entrada de público (10% del aforo máximo) a la final de la Copa América, que se disputó el sábado entre Argentina y Brasil en el Maracaná.
Punto de vista
“Es simplemente horrible y decepcionante”
Antoine Flahault
Director del Instituto de Salud Global en la Universidad de Ginebra
Definitivamente, estos eventos deportivos deben organizarse de acuerdo con normas estrictas respaldadas por indicadores de salud. Los partidos de la Eurocopa que se organizaron en Hungría, Rumanía, Italia o Azerbaiyán no fueron motivo de preocupación, ya que sus situaciones epidemiológicas eran muy buenas y seguras en el momento de los partidos.
Sin embargo, la UEFA debería haber redirigido todos los partidos previstos para celebrarse en estos países conflictivos, como el Reino Unido y Rusia, pero también España y, en cierta medida, Dinamarca, en cuanto su incidencia fuera creciente. Este diseño experimental es simplemente horrible y decepcionante.
Supongo que los países asiáticos o del Pacífico habrían actuado de forma muy diferente. Probablemente habrían suspendido todos los partidos y habrían cerrado temporalmente sus fronteras con los países del punto caliente. El Reino Unido, como isla, no era tan difícil de aislar de la Europa continental si era necesario. Pero la Eurocopa se organizó de forma muy liberal, se organizaron muchos partidos en puntos calientes de la aparición de la variante Delta.
Esto permitió sembrar la mayoría de los países de Europa Occidental con la variante Delta, que se está convirtiendo rápidamente en la cepa dominante en España, Francia, Grecia, Países Bajos, Dinamarca y Finlandia, después de haberse extendido en Portugal.
__________________
TE PUEDE INTERESAR
- Qué se sabe de las posibles causas del derrumbe de un edificio de departamentos en Miami
- Trágico derrumbe: viajaron a Miami a vacunarse contra el coronavirus y ahora están desaparecidos
- Al menos 18 muertos deja enfrentamiento entre cárteles en norte de México
- En gráficos: cómo se derrumbó el edificio de Miami en tan solo 12 segundos
- Informe de inteligencia de EE.UU. reitera que no hay pruebas de la existencia de extraterrestres
- Gratificación por Fiestas Patrias: fecha de pago y quiénes son beneficiarios