Milagros Asto Sánchez

Luego de la final del domingo de la Eurocopa entre Italia e Inglaterra, el balón se detuvo en el Viejo Continente, pero no pasará lo mismo con los contagios. De hecho, las gradas de los estadios rebosantes de hinchas, los festejos en calles, bares y restaurantes, y hasta las reuniones en casa para ver los encuentros del torneo ya se están traduciendo en un alza de infecciones de COVID-19.