Nelson Mandela lleva cuatro semanas debatiéndose entre la vida y la muerte, acompañado de sus familiares. Pero en el seno de la familia del ex presidente sudafricano se libra una agria disputa por fama y dinero.
La casa real de los Themba está indignada: a la imagen del hijo más grande del pueblo, Nelson Mandela, se le están infringiendo grandes daños por las disputas en el seno de su familia, denunció en declaraciones a la radio su representante, el jefe de la tribu Thanduxolo Mtirara, que criticó duramente la falta de respeto por los muertos de la familia y sobre todo, por el héroe sudafricano gravemente enfermo. Creemos que se está dañando el legado del anciano.
La eventual muerte de Mandela, temida desde hace semanas, fue el desencadenante de una disputa que últimamente se ha agravado y aireado en público en el seno de la familia, centrada en las diferencias sobre el lugar donde sería enterrado el premio Nobel de la Paz. Pero en juego hay también poder, fama y millones.
DISPUTAS La indigna disputa entre la familia no sólo preocupa a los Themba, que pertenecen a la etnia de los Xhosa. También el gobierno y millones de sudafricanos siguen espantados la disputa familiar que se ventila abiertamente entre los tribunales y las cámaras y micrófonos de los medios internacionales. Allí estuvieron también en la noche del miércoles, cuando el sherif de la localidad de Mvezo abrió violentamente con un hacha la puerta de la propiedad del nieto de Mandela Mandla.
Mandla Mandela es, como fuera su abuelo, un líder tradicional del pintoresco pueblo situado en la Provincia Oriental del Cabo. El politólogo es el único en la familia activo en política y se convirtió en diputado del partido gobernante Congreso Nacional Africano (CNA). Quizá por eso el hombre de 38 años es quien también tuvo acceso a inversiones estatales: en el pueblo se construyeron calles, un hotel, un refugio para mochileros, un museo y otros locales. El dueño de todo eso es una fundación estatal, pero su presidente es Mandla Mandela.
La atracción del lugar iba a ser un día la tumba de Nelson Mandela, nacido el 18 de julio de 1918 en ese pueblo. Y Mandla Mandela casi cumple su sueño de levantar un monumento central de Mandela que atrajera durante años a peregrinos y turistas.
Sin embargo, su familia no quiere que el luchador contra el régimen del Apartheid sea enterrado allí. Otro tema de disputa es la aspiración por hacerse con el derecho a hablar en nombre de los Mandela, que ha puesto en problemas al miembro de la familia de mayor edad.
Nelson Mandela merece algo mejor que su nombre sea arrastrado por el fango, comentó el diario Cape Times con indignación.
La policía volvió a Mvezo el miércoles por la noche, después de que el Tribunal Supremo de la provincia admitiera la solicitud de 16 miembros de la familia para trasladar los restos mortales de tres hijos de Mandela fallecidos Thembekile, Makaziwe und Makgatho- a su tumba original en Qunu. Mandla Mandela los había ordenado exhumar en 2011, sin consultar a nadie, y trasladar desde Qunu, donde Mandela vivió muchos años, a Mvezo. El juez Lusindiso Pakade consideró esa acción indignante y escandalosa.
La acción de Mandla Mandela tenía al parecer solo un objetivo: que el anciano Mandela, que siempre dijo que quería ser enterrado junto a sus hijos, encontrara su último descanso en Mvezo. Mandla Mandela aseguraba que sólo actuó pensando en su abuelo y acusó al resto de la familia de actuar en su contra sólo por avidez de dinero.
La situación es confusa, pues en realidad nadie parece tener un testamento vinculante de Mandela. El semanario Mail Guardian citó a Mandela y escribió que en 1996 se pronunció claramente a favor de ser enterrado en Qunu. Pero la familia de Mandela, integrada por tres hijos, 17 nietos y 12 bisnietos, no está de acuerdo. Sólo rezo por una voz común que lleve a nuestra familia en una dirección. Sólo por una vez, tuitéo la nieta de Mandela Zoleka Zobuhle, según Times.
ACUSACIONES Mandla Mandela acusó a sus familiares de buscar sólo acceso a los bienes familiares. El ex presidente acumuló un patrimonio millonario, sobre todo gracias a sus libros y recuerdos. La mayor parte del dinero fue a una institución y a dos fondos Nelson Mandela. En primavera, sus hijas Zenani, de 54 años, y Makaziwe, de 60, acudieron a los tribunales para intentar tener acceso a los fondos. También pretendían retirar a los abogados Bally Chuene y George Bizos, así como al ministro de la Vivienda Tokyo Sexwale, la potestad de actuar como fideicomisos de sus padres.
Desde hace tiempo que se hace dinero con el nombre de Mandela. Su fundación ingresa millones, hay posters de Mandela, recuerdos y objetos de arte con su firma, un vino de Mandela y una marca de moda con su número de prisionero 46664 de la isla Robben Island, donde estuvo encarcelado muchos años.
Cuando muera, todos esperan hacer negocio durante muchos años. Y el que entonces tenga el poder de hablar en nombre de Mandela, al menos en Sudáfrica contará con una enorme influencia.