La renuncia del papa Benedicto XVI anunciada para el 28 de febrero próximo ha sido una sorpresa, incluso para las personas que lo pudieron ver poco tiempo antes del anuncio formal que dio desde la Ciudad del Vaticano, entre ellos Fernán Altuve, quien pudo encontrarse con el Pontífice y constatar en persona la situación en la que se encuentra.

“Aquí, en la misma ciudad de Roma, ha causado una gran impresión. El pueblo romano es muy papalista, lo quiere mucho, (pero) ya se notaba un cansancio en él”, informó el especialista en derecho canónico desde Roma al programa “Abre los ojos”.

Altuve acudió a Roma para participar en las ceremonias por los 900 años del reconocimiento de la Iglesia Católica a la Orden de Malta, como parte de la delegación peruana. El sábado se encontró con el Papa en una ceremonia previa al 15 de febrero, fecha central del evento.

“Demostró una inmensa lucidez en las palabras que dijo, una inteligencia como la suya, pero se notaba un cansancio físico, algunas dificultades en los movimiento y fue visible un deterioro físico algo avanzado”, añadió.

LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL PAPA Altuve detalló que, hasta el 28 de febrero, a las 8 p.m., instante en el cual quedará vacante el puesto papal, seguirán las actividades de protocolo y se procederá a actuar como si el Pontífice hubiera fallecido, pero sin llevar a cabo ningún funeral.

“Se seguirá el procedimiento como si hubiera muerto físicamente. Es el mismo protocolo porque, en el fondo, ocurre una muerte civil, ya que se retira a un convento de clausura y dejará de ser un hombre en la cumbre del poder para ser un modesto monje de clausura con voto de silencio”, detalló.

Y casi como si anticipación a su decisión, Altuve comentó que llamó la atención la visita de Benedicto XVI a la tumba de Celestino V, uno de los papas que renunció. “No se calculaba que estaba en la línea de seguir los pasos de este Pontífice que abdicó a su poder”.